miércoles, 3 de enero de 2018

Puigdemont despide el año en Rumanía y Junqueras en Estremera

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El estadista europeo, Carles Puigdemont, como lo define su jefa de paellas, Pilar Rahola, ha celebrado la fiesta de fin de año en Rumanía, en casa de sus suegros y rodeado de su mujer y sus hijas. Mientras Oriol Junqueras lo ha hecho en la prisión de Estremera, sin su familia y cenando un menú “especial” de esos tan estupendos que suelen servir entre rejas. ¿Cuál es la diferencia entre los dos políticos? Que Puigdemont se escapó para no pisar la cárcel, mientras Junqueras se quedó para asumir las consecuencias de sus actos. Así de sencillo, rotundo y clarificador

Las diferencias más que evidentes entre ERC y JuntsxCatalunya se han ido acrecentando antes de las elecciones y más después de las mismas, por los resultados que han dejado a los republicanos como el tercer partido en número de diputados, cuando las encuestas lo situaban en el primer lugar. El uso que Puigdemont ha hecho de los medios de comunicación públicos, y de los privados amigos, con presencia diaria, y alimentando el discurso victimista que ha calado en los sentimientos de miles de ciudadanos con la frase de marketing “¡Puigdemont es el auténtico presidente!” no ha caído bien entre los republicanos que se sienten traicionados.

ERC por su parte, falto de estrategia y una mala campaña, con su líder en prisión sin posibilidad de estar a diario en los medios, más las indicaciones de la ANC que apostaba por votar a Puigdemont -debe ser, entre otras muchas razones porque Jordi Sánchez va en su lista- y porque no ha tenido sustitutos de talla en sus filas, ha sido castigada.

Puigdemont, ha ido a la suya, sin escrúpulos, ni consideración hacia ERC ni Junqueras. Él quería como fuera ser el mártir, el líder, el presidente de la supuesta República Catalana y ha aplicado aquello “el fin justifica los medios”. Estrategia que no ha gustado a sus ex socios y que estos no están dispuestos a darle un cheque en blanco.

Junqueras está muy molesto con los ex-consellers, Comín, Dolors Bassa y Meritxell Serret que son de ERC y que lo único que están haciendo es de comparsa del ex-president, sin sacar rédito para su partido. No han sido capaces de establecer una estrategia que los identifique con las siglas y con Junqueras: han trabajado para el “adversario” político.

El malestar, pese a que lo tratan de disimular, es más que evidente y Comín, como suele hacer, se está buscando la vida profesional para conseguir unos ingresos por si acaso no llega a recoger el acta de diputado.

Quedan muy pocos días para la sesión de investidura, con graves diferencias entre ERC y Junts per Catalunya de forma y de fondo, aunque siguen las reuniones más privadas que públicas. Hay escollos que tienen que salvar las dos formaciones políticas, en un tiempo récord. ¿Será posible? Algunos dicen que están condenados a entenderse y puede sucederles como los matrimonios de conveniencia, que solo se soporten.

"A veces la conciencia va por un lado y la conveniencia por otro” decía Julia Navarro en su obra "Dime quién soy".

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