La revista satírica francesa dedica su portada y su editorial a criticar el independentismo del Gobierno de Puigdemont.
Portada y un fragmento del editorial del último número de 'Charlie Hebdo'
“Los catalanes, más idiotas que los corsos”. El título sobre la portada del último número de Charlie Hebdo, dedicada al proceso independentista catalán que retrata con una caricatura de tres hombres encapuchados y armados colocados tras una mesa tapada con un mantel blanco y “exigiendo un debate”, no deja lugar a dudas sobre la opinión que le merece la actuación del Gobierno de Carles Puigdemont. Pero por si acaso, lo deja claro también en su editorial, titulado a su vez “Idiotez o muerte”: para la revista satírica francesa más irreverente, el procés es una farsa que ha generado una especie de admiración absurda en ciertos sectores de la izquierda europea que no son conscientes, advierte, de que detrás de una palabra tan “altisonante” como la independencia “se esconden preocupaciones a veces menos nobles”.
“Como con la Liga Norte en Italia, son siempre las regiones más ricas las que la reclaman”, sostiene Charlie. “Casi parece escucharse la voz de la despreciable Margaret Thatcher (diciendo) ‘quiero que me devuelvan mi dinero”, acusa la revista en su editorial, en el que no muestra consideración alguna por los argumentos esgrimidos por los independentistas en los últimos días, semanas y meses. “¿De qué destino trágico quieren liberarse los catalanes hoy?”, se pregunta. “La independencia de Cataluña no tiene como objetivo liberar a esta región de una tiranía que ya no existe, ni de permitir que la economía prospere, puesto que ya lo hace y, menos aún, para obtener el derecho de hablar una lengua autorizada desde hace mucho tiempo”, se responde a sí misma Charlie. “La obsesión identitaria que se extiende por Europa como el moho sobre la fruta toca la extrema derecha, pero también la izquierda. Porque el nacionalismo de derechas y el nacionalismo de izquierdas tienen un punto en común: el nacionalismo”, zanja.
La dureza de la portada, más allá del lenguaje insultante —un clásico del semanario— se debe a que, con ella, Charlie Hebdo compara el independentismo catalán con movimientos violentos como el Frente de Liberación Nacional de Córcega (FNLC), una organización armada corsa que nació en 1976 para luchar por la independencia de la isla que fue responsable de decenas de asesinatos y cientos de atentados y que acabó renunciando a la lucha armada, carcomido por cruentas guerras internas. Aunque el símbolo colocado sobre el mantel blanco que cubre la mesa tras la cual se sitúan los “independentistas” encapuchados retratados por la revista es el del FNLC, la imagen también recuerda a la escenografía que montaba ETA para hacer sus demandas.
No es la primera vez que Charlie Hebdo se mofa del independentismo catalán. Lo ha hecho en varios artículos publicados en su web en las últimas semanas con titulares tan explícitos —la sutileza no es el fuerte de esta revista— como “¿Cómo se dice democracia en catalán?”, en el que recuerda que todo el proceso de referéndum fue realizado saltándose a la torera el Govern las leyes, incluso las suyas propias. O en el de “Independencia, modo de empleo”, en el que critica el “voto de opereta” y la “crisis de histeria” que han rodeado todo el procés y que “da esperanzas a todos los nacionalismos más podridos, ya sean regionales, departamentales, municipales, de barrio, de calle o de alcantarilla”.
Una idea que retoma también en el editorial de su último número. “Si existen unas 200 lenguas en Europa, ¿por qué no crear 200 nuevos países? ¿Y por qué no proclamar tantas declaraciones de independencia como el número de quesos y de vinos que hay en Europa?”, ironiza.
Es además la segunda vez que Charlie Hebdo se fija en Cataluña en menos de dos meses. La última vez fue tras los atentados de Barcelona y Cambrils en agosto. En esa ocasión, la revista que en enero de 2015 sufrió un ataque terrorista en su redacción en el que murieron 12 personas, incluidos destacados redactores y dibujantes, sacó en su portada un dibujo retratando a dos personas muertas tras ser arrolladas por una furgoneta como la que conducía el terrorista que mató a 16 personas en las Ramblas. Con esa decisión, Charlie Hebdo demostró que sigue siendo esa revista irreverente, abiertamente burda y hasta grosera y decidida a no arredrarse ante ningún tabú. El independentismo catalán no iba a ser menos.
EL PAIS
No hay comentarios:
Publicar un comentario