El Ayuntamiento de Manresa, gobernado por PDeCAT, ha llamado a sus funcionarios a no celebrar la festividad del 12 de octubre, Día de la Hispanidad.
El Consistorio, que este jueves retiró la bandera de España del mástil, cree que la fiesta “no tiene arraigo en la ciudad” y, por tanto, ha llamado a sus empleados a acudir a su lugar de trabajo “como en un día laborable cualquiera”.
El desprecio al día de la Fiesta Nacional se extenderá también a otras zonas de España gobernadas por la izquierda y los separatistas. En Navarra, por ejemplo, el Parlamento ha aprobado celebrar el día de la Resistencia Indígena. En un acto el día 11 por la tarde se leerá un manifiesto basado en la Leyenda Negra.
Alergia al 12-O
En los últimos años, partidos y dirigentes de izquierdas y/o separatistas mostraron su “alergia” hacia el 12 de octubre. La CUP en Barcelona pidió boicotear la fiesta, retirar la estatua de Cristóbal Colón, situada al final de La Rambla, y sustituirla por símbolos “de la resistencia al imperialismo y a la opresión”, Ada Colau acusó al Estado de “celebrar un genocidio” y el alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’, señaló que “nunca descubrimos América”. “Masacramos y sometimos un continente y sus culturas en nombre de Dios. Nada que celebrar”, sentenció.
Además, Izquierda Unida registró una proposición no de ley en el Congreso en la que instaba al Gobierno a suprimir el desfile militar, aéreo y terrestre. La formación comunista señaló que los actos oficiales conmemorativos del 12 de Octubre se hacen “de espaldas” a una participación efectiva de la ciudadanía y con un “claro componente militarista absolutamente desfasado en pleno siglo XXI”.
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