viernes, 22 de abril de 2016

Carta a los funcionarios de la Policía y la Guardia Civil de un ciudadano agradecido

Basta ya de atacar a aquellos que arriesgan su vida por nuestra seguridad
 
Ayer la concejala Rita Maestre volvió a cargar contra la Policía por su correcta actuación en el desalojo de unos individuos que okupaban ilegalmente un inmueble que no es de su propiedad.
 
Es ya muy frecuente ver a ciertos políticos ensalzando todo lo público y, al mismo tiempo, denigrando la actuación de aquellos funcionarios cuya profesión es velar por el cumplimiento de la ley, funcionarios que en muchos casos arriesgan sus vidas para que los demás disfrutemos de las nuestras con libertad y seguridad. No tengo a ningún policía ni guardia civil entre mis familiares, así que no digo esto con interés de pariente, sino con la gratitud de un ciudadano que sabe, porque lo he comprobado, que cuando se les necesita siempre acuden, sea quien sea la víctima de un delito, incluso cuando se trata de alguien que, como en el caso de Rita Maestre, ha convertido en militancia política su costumbre de lanzar basura contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
La vocación del servicio al ciudadano de estos funcionarios viene acreditada por los centenares de agentes y números que han muerto en el cumplimiento de su deber, a menudo asesinados por miembros de una banda terrorista formada por etarras como Arnaldo Otegi, al que algunos dirigen su simpatía mientras lanzan porquería contra los compañeros de quienes murieron por las bombas y los tiros en la nuca de esa banda mafiosa. Es vergonzoso que en una democracia haya políticos que cobran un sueldo que pagamos todos y que manifiestan su preferencia por delincuentes frente a los defensores de la ley. Vergonzoso e intolerable, todo sea dicho. Hay declaraciones que no deberíamos consentir a quienes están ahí no para servirse del poder que les otorgan los electores, sino para utilizarlo correctamente y desde el respeto a la legalidad.
Yo tengo 40 años y nunca he recibido de la Policía trato que me merezca queja alguna. Será porque no me dedico a ocupar ilegalmente las propiedades ajenas. Todas las movilizaciones a las que he asistido -y os aseguro que han sido muchas- discurrieron por cauces pacíficos, sin que se rompiese siquiera una papelera. Nunca me he codeado con terroristas ni con quienes les justifican. Tampoco he salido nunca a la calle con la intención de acosar, amenazar o agredir a nadie. Nunca he intentado reventar ningún acto público en el que se expresasen opiniones que no fuesen de mi agrado. Tampoco he participado en ningún tipo de asaltos contra ningún local. Creo no equivocarme si digo que la amplia mayoría de los españoles podrían firmar esto.
Además de no tener queja alguna sobre policías y guardias civiles, tengo mucho que agradecerles. Gracias a la presencia de la Policía he podido manifestarme libremente cuando otros pretendían impedírmelo. Gracias a esos agentes he podido volver a casa ileso de convocatorias legales y pacíficas que algunos descerebrados pretendían reventar por medios violentos. Gracias a la Guardia Civil me he sentido seguro en sitios y circunstancias difíciles. Cuando me han amenazado de muerte no he recibido la adhesión de ningún rival político, pero sí que he encontrado atención y apoyo en la Policía. En mi día a día sé que vivo en una sociedad civilizada no porque todo el mundo sea bueno, sino porque hay personas dispuestas a arriesgar la vida para disuadir e impedir que los malos hagan daño a los demás, y para detenerles si lo hacen, las veces que haga falta. En España la Guardia Civil y la Policía Nacional son las instituciones mejor valoradas, y con razón. Somos muchos los españoles que nos sentimos agradecidos por su labor y orgullosos de ellos. Y esos que se pasan un día sí y otro día también lanzando basura contra esos cuerpos policiales, por mucho ruido que hagan, no nos representan a la amplia mayoría de los españoles.
Sirva esta carta como homenaje a los que día tras días os ponéis el uniforme y salís de vuestras casas sin tener la seguridad de que vais a volver, y todo para que los demás podamos vivir en una sociedad más libre y segura, y en “los demás” incluyo a esos que os desprecian al mismo tiempo que disfrutan, con pasmosa ingratitud, del fruto de vuestro trabajo.
 
 
(Foto: GuardiaCivil.es)

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