viernes, 16 de octubre de 2015

Tras acusar a España de un ‘genocidio’, Colau honra a Companys, golpista, tirano y asesino

  1. Bajo su mandato se asesinó a más de 8.000 personas por sus ideas y creencias
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  3. Hace sólo tres días Ada Colau criticaba a España por celebrar “un genocidio”, gesto de ignorancia con el que la alcaldesa barcelonesa asumía las mentiras de la leyenda negra antiespañola.Pues bien: cuando aún resuenan los ecos de su apuesta por la mentira histórica para atacar a España, hoy Colau ha acompañado a la corrupta casta separatista a rendir homenaje a Lluís Companys, presidente de la Generalidad catalana durante la Segunda República. Quien no conozca la figura de este personaje puede leer lo que publican hoy Actuall y Dolça Catalunya sobre él.Companys dio un golpe de Estado contra la República con 107 muertosLluís Companys, uno de los fundadores de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en 1931 y Ministro de Marina durante un par de meses en 1933 con el gobierno de Manuel Azaña, tras la victoria del centro-derecha en las primeras elecciones con voto femenino de la historia de España -noviembre de 1933-, dio un golpe de Estado separatista contra la Segunda República el 6 octubre 1934, que se saldó con 107 muertos. Por esa sangrienta rebelión armada la justicia republicana le condenó a 30 años de cárcel, a pesar de lo cual se le permitió presentarse a las elecciones de febrero de 1936, con las que obtuvo un acta de diputado. Tras la llegada al poder del Frente Popular, en unas elecciones plagadas de fraudes y cuyos resultados se amañaron tras los comicios, el nuevo gobierno de Manuel Azaña concedió de forma urgente la amnistía a Companys y a sus compañeros golpistas. Cometer un brutal golpe de Estado sólo le tuvo en prisión 16 meses.
  4. El terror de Companys en la Guerra Civil se saldó con más de 8.000 asesinados
  5. A diferencia del trato que había recibido él como golpista, cuando fracasó el golpe del 18 de julio de 1936 en Barcelona, Companys hizo fusilar a 199 militares implicados. Lo que vino en los años siguientes, hasta el fin de la guerra, fue una cascada de crímenes ordenados o consentidos por él. Más de 8.000 personas fueron asesinadas bajo su mandato, muchas de ellas sin juicio previo y por sus ideas o creencias. Entre los asesinados hubo 4 obispos, 1.536 sacerdotes (el 30% del clero catalán) y miles de católicos por el mero hecho por serlo, llegando al extremo de ejecutar a un religioso discapacitado por el mero hecho de saber latín. Actuando como un dictador totalitario, prohibió el culto católico (preguntado por una revista francesa por su posible restauración, Companys se jactó de que “todas las iglesias han sido destruidas”), y envió a muchos presos políticos a campos de concentración, donde se asesinaba sin más a los más débiles o a los que no podían trabajar. Bajo la responsabilidad de Companys fueron destruidos más de 7.000 edificios religiosos en Cataluña, provocando la pérdida y ordenando el robo y el expolio de una parte enorme del patrimonio histórico y artístico de Cataluña.
  6. Hoy la casta separatista y Ada Colau le rinden homenaje
  7. Usando el mismo procedimiento que él había ordenado contra los militares sublevados en Barcelona cuatro años antes, en 1940 Companys fue fusilado por el franquismo, tal día como hoy. Ese hecho y su condición de nacionalista catalán sirven hoy de excusa para dedicarle calles y homenajes en Cataluña, al mismo tiempo que se condena al ostracismo a muchos ejecutados por el bando republicano que no cometieron ningún crimen. Es un escándalo que en un país democrático se hagan homenajes como ése a un golpista, tirano y asesino, responsable de una ola de terror en Cataluña durante la Guerra Civil. Que el nacionalismo haya canonizado a este salvaje es una muestra más de hasta qué punto esa ideología falsifica la historia y eleva a sus altares a cualquier antidemócrata con tal de que haya profesado un profundo odio a España. Pero el colmo es que le rinda homenajes una alcaldesa que hace sólo tres días acusaba a España, falsamente, de cometer un “genocidio” en América. Más allá de la ignorancia o mala fe que evidenciaban sus declaraciones del 12 de octubre, las de hoy demuestran su total carencia de vergüenza.

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