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El líder popular atribuye su desastre electoral a la comunicación tras haberla dejado en manos de PRISA, laSexta, CuatroTV y los sindicatos de TVE.
Por soberbia, indolencia, ignorancia o estupidez, La Moncloa lleva tres años y medio actuando como si la política de comunicación consistiera en colocar amiguetes en tertulias televisivas.
Es una constante. Los partidos políticos, especialmente los que gobiernan, echan siempre la culpa de sus malos resultados electorales a la comunicación.
Los dirigentes del Partido Popular, sin ir más lejos, llevan muchos meses quejándose como plañideras de que a pesar de lo que han hecho, del cambio que se ha producido en la economía, no llegan a la ciudadanía porque no lo saben 'contar' (La pésima comunicación del PP).
Que el PP tiene un problema de comunicación, como lo tienen el PSOE, UPyD o Izquierda Unida, es indudable. El drama es que no hay comunicación sin estrategia, sin objetivos nítidos, sin una hoja de ruta.
Y en el caso concreto de Mariano Rajoy y su Gobierno, que tan claro lo ha tenido en la economía, la 'hoja de ruta' ha brillado por su ausencia en lo que ha comunicación se refiere. No tienen ni han tenido los dirigentes peperos un mínimo sentido de cómo se configura la opinión pública o se transmiten los mensajes.
Por soberbia, indolencia, ignorancia o estupidez, La Moncloa lleva tres años y medio actuando como si la política de comunicación consistiera en colocar amiguetes en tertulias televisivas o nombrar ejecutivos blandengues para navegar entre dos aguas en entes públicos como RTVE (El presidente empuja a un lado a la vice en el reparto de las nuevas licencias).
Y ahora, tras el tremendo revolcón del 24M y a seis meses y dos semanas de unas elecciones generales decisivas para España y su futuro, atribuyen el desastre electoral del PP a la comunicación tras haberla dejado en manos de PRISA, laSexta, CuatroTV y los sindicatos de TVE.
No sólo los 'gurús', sino el propio Rajoy como quedó patente este 30 de mayo en el Comité Federal del PP.
El presidente del Gobierno explicó este sábado a los aturullados dirigentes populares, a los que no les cabe ni un cacahuete a martillazos del pánico que tienen a lo que se avecina, que una de las claves en la drástica caída del Partido Popular en las elecciones autonómicas y municipales del 24M, son los medios de comunicación.
Citó en concreto Rajoy "el martilleo constante en todas las televisiones" sobre los casos de corrupción, que han rodeado a su formación en los últimos tiempos (El fichaje de Willy Toledo por Mediaset causa estupor en Moncloa).
En un derroche de sinceridad, a todas luces insuficiente, reconoció el presidente que la corrupción les ha hecho 'daño', pero puso el énfasis en "la forma de tratarla" mediáticamente, que en su opinión ha sido especialmente dañina para los populares.
El jefe del Ejecutivo y seguro candidato del PP en las elecciones de fin de año, aseguró a sus subalternos que ha entendido el mensaje y que a partir de este momento cambiarán determinadas cosas en su modo de ejercer, pero no lo tiene fácil.
El Partido Popular se ha dejado dos millones y medio de votos en las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo de 2015.
"Hemos fallado en la comunicación y donde hay demasiados becarios debería haber profesionales",
dicen a Periodista Digital fuentes internas de Génova.
El análisis sorprende porque no va al origen del problema: no es que el PP haya fallado en la política de comunicación sino que jamás en esta legislatura ha tenido algo que merezca ese nombre.
Decía Maquiavelo que "si no te respetan, por lo menos que te tengan miedo". En una sociedad democrática y lleva al terreno de la comunicación, algo así como que quien te sacude piense en la cuenta de resultados, pero ni eso.
El despiste popular y de La Moncloa ha convertido al propio Rajoy en el hazmerreír de todos los programas de la Cadena SER, LaSexta o CuatroTv -ocasionalmente de Telecinco y Antena 3- y lo han acabado pagando.
Ha sido el Gobierno del PP quien ha dejado la comunicación y el reparto de la publicidad institucional en manos de inútiles gurús, que en lugar de hacer agenda y adelantarse a los hechos, se han limitado a financiar la emisora del Grupo PRISA, como ha hecho el ministro de Luis de Guindos con los Bonos del Tesoro- o a salvar financieramente a LaSexta, permitiendo su absorción por Atresmedia.
Existe la impresión de que los que tenían que haber batallado por 'vender' a la opinión pública española que los sacrificios tienen un objetivo, se han dejado la piel en cuidar y cuadrar las cuentas del Grupo PRISA, que ha hinchado de dinero a la SER con campañas institucionales millonarias -Bonos del Tesoro, DGT o Loterías- y ha permitido que la izquierda sindical tome los mandos de TVE (La culpa de su desastre electoral).
INDOLENCIA, TORPEZA E IGNORANCIA
Dese La Moncloa se ha seguido una política de nombramientos para la Corporación pública de RTVE que en la práctica ha significado la cesión del control de los informativos a los sindicatos. También se ha acudido al rescate de medios privados radicalmente escorados a la izquierda e incluso con veleidades 'perroflautistas' (La 1 de TVE es la televisión más neutral para los andaluces).
Se ayudó a la salvación de laSexta, permitiendo una absorción por parte de Atresmedia difícil de justificar con la legislación en la mano, y desde diferentes medios se premia con ingentes cantidades de publicidad institucional a la Cadena SER.
Entre las campañas con las que se ha mimado a la radio de PRISA, contratando muy por encima de lo que le corresponde por cuota de audiencia, están las de la DGT, Loterías del Estado o las Letras del Tesoro.
DISFUNCIÓN EN GÉNOVA
Según han explicado fuentes del PP a Periodista Digital, Génova resulta absolutamente disfuncional en esta materia.
"No sólo no se sabe qué ideas y valores transmitir, tampoco existe una estructura de funcionamiento que permitiera enviar mensajes claros en el caso de pretender hacerlo".
En las labores de comunicación de la sede central del PP conviven dos equipos, uno 'político' y otro 'periodístico' que funcionan de forma descompasada.
La separación no sólo es de categorías, se da incluso a nivel físico. Quienes se encargan de la labor 'profesional' trabajan en la planta segunda de Génova, 13. Para encontrar a los responsables del área política, encabezados por Carlos Floriano, hay que subir dos pisos, hasta el cuarto.
Los habitantes de la cuarta planta, explican desde el PP, no tienen contacto alguno con sus compañeros de la segunda.
Los encargados, entre otras funciones, de enviar las notas de prensa no reciben indicación alguna sobre los contenidos que deben tener sus comunicados ni, en general, sobre los mensajes que quiere enviar el partido.
Y les queda medio año escaso para el 'examen' (Telecinco vuelve a dar púlpito al facineroso Willy Toledo, está vez para que despotrique contra Ciudadanos).
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