jueves, 21 de mayo de 2015

Cinco ejemplos de votos tirados a la basura

Así incumplió el PP lo prometido a sus votantes en cinco procesos electorales
 
“Votar a VOX es tirar el voto”. Lo dijo Esperanza Aguirre hace unos días y lo vienen repitiendo con bastante insistencia otros dirigentes y diversos seguidores del Partido Popular.
Llama la atención que el PP muestre tanta preocupación por un partido minoritario. No es casualidad, claro. En estas elecciones el voto a los partidos minoritarios va a contar más que nunca, porque de esos partidos puede depender quién gobierne. De hecho, sin que tuviésemos entonces una fragmentación política como la actual, llevamos décadas viendo a los dos grandes partidos (PP y PSOE) arrodillándose ante partidos minoritarios nacionalistas, a costa del bien común y de las libertades y los derechos de los españoles. Y puesto que es el PP el que habla de votos tirados, veamos algunos ejemplos de votos que sí que acabaron tirados a la basura:
1. Donde dije “libertad lingüística” digo Diego
Elecciones Gallegas de 2009. Con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, el PP prometió libertad lingüística en las escuelas. Las Elecciones fueron el 1 de marzo y el PP logró la mayoría absoluta por un escaño. Muchos que no teníamos previsto votar al PP cambiamos de idea ante esa promesa, porque veníamos de cuatro años de gobierno bipartido PSOE-BNG en la Xunta, que se había traducido en un decreto escolar que discriminaba a los gallegos hispanohablantes. Una vez ganó las Elecciones, el PP dejó dormir esa promesa durante meses, hasta que a finales de diciembre de 2009, en plenas navidades, dio gato por liebre a sus votantes, anunciando un trilingüismo escolar que no respondía a lo que había prometido antes de las elecciones. El PP cedía así a las presiones de los nacionalistas y de sus lobbys afines. Las críticas a este incumplimiento quedaron ahogadas en un panorama mediático controlado por el PP a base de ayudas públicas, concesión de licencias y publicidad institucional. Galicia Bilingüe ha venido denunciado esa burla a sus votantes y las que han venido después. A modo de ejemplo, en diciembre de 2012 el PP llegó a ofrecer un consenso lingüístico a los nacionalistas del BNG.
2. Inmersión y multas lingüísticas no, pero sólo hasta las elecciones
Elecciones Catalanas de 2010. El 2 de abril de 2010 la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, anunciaba que su partido sólo pactaría con los nacionalistas de CiU si ponían fin a la inmersión en catalán en las escuelas y a las multas lingüísticas. Unos días después, durante la presentación de las listas del PP a las Elecciones Catalanas que se celebrarían el 28 de noviembre de ese año, Sánchez Camacho reafirmó esas condiciones para pactar con CiU. Poco después de ganar CiU las Elecciones, el gobierno de Artur Mas se negaba a cumplir una sentencia del Supremo contra la exclusión del español en las escuelas catalanas. Olvidando las condiciones anunciadas por Sánchez Camacho, en junio de 2011 CiU y PP firmaban un pacto para aprobar los presupuestos autonómicos. Ese mismo mes ambos partidos firmaban un pacto municipal en Reus y el mes siguiente otro en Salou y también en la Diputación de Barcelona. En septiembre el diputado catalán del PP Jorge Fernández Díaz elogiaba la inmersión lingüística: “La inmersión es una técnica de aprendizaje extraordinaria.” Ese mismo año el gobierno de Artur Mas batía un nuevo récord en multas lingüísticas, pero olvidando lo que ella misma había dicho, Sánchez Camacho anunciaba una ampliación del pacto autonómico PP-CiU en febrero de 2012. Un año después, CiU seguía desobedeciendo al Supremo en lo relativo a la inmersión y seguía friendo a los comerciantes con multas lingüísticas, a pesar de lo cual el pacto PP-CiU se extendía al Ayuntamiento de Barcelona en abril de 2013. Teniendo en cuenta lo anterior, no es de extrañar que las encuestas pronostiquen un hundimiento del PP en Cataluña.
3. El gato por liebre de Galicia se repite en Baleares
Elecciones Autonómicas de 2011 en Baleares. Ocurrió lo mismo que había pasado dos años antes en Galicia. El candidato del PP, Bauzá, prometió “libertad lingüística absoluta”, no dejando lugar a dudas: “los padres podrán elegir con libertad absoluta la lengua vehicular para la educación de sus hijos”. Tras ganar por mayoría absoluta, el PP balear dejó pasar el tiempo y finalmente, dos años después, en septiembre de 2013 aprobó un modelo de trilingüismo escolar que quebrantaba su promesa electoral, impidiendo a los padres elegir la lengua en la que se escolarizan sus hijos. Como en el caso gallego, Bauzá cedió así a las presiones de los partidos y lobbys nacionalistas.
4. Un “cambio” que acaba en pacto con el PSOE y en intercambio de roles
Elecciones Locales de 2011 en Vigo. Con Corina Porro al frente de la candidatura, el PP pidió “el voto del cambio”: “Dadnos la oportunidad, no os vamos a fallar, por Vigo y por los vigueses”, dijo la candidata en una comida-mitin en el Ifevi. El PP se quedó a las puertas de la mayoría absoluta, y el PSOE conservó la alcaldía viguesa con el apoyo del BNG (aunque los nacionalistas se negaron a entrar en el gobierno municipal). Tres años después el PP firmaba un pacto con el PSOE en Vigo, a fin de proporcionarle al socialista Abel Caballero el apoyo que ya no recibía del Bloque. Con este pacto los vigueses llegamos a ver hasta un cambio de papeles: el alcalde del PSOE salió en defensa de una cruz que la ultraizquierda pedía derribar, mientras que el PP mostraba una actitud tibia y titubeante al respecto. En la misma línea, la Xunta, en manos del PP, retiraba su concierto al centro San Francisco, que lleva 47 años acogiendo a personas son síndrome de Down, mientras el alcalde socialista salía en apoyo de esta institución católica impulsada por el padre capuchino Carlos Antonio Ortiz. El mundo al revés. Visto lo visto, no es de extrañar un dato: tras haber gobernado ocho años sin haber ganado nunca unas elecciones, todas las encuestas pronostican una mayoría absoluta para Abel Caballero el próximo domingo.
5. Prometen un “cambio” para después no cambiar nada
Elecciones Generales de 2011. El PP obtuvo una impresionante mayoría absoluta invocando un “cambio”. Rajoy anunció repetidas veces que bajaría los impuestos, y entre las medidas que contenía el programa del PP para esos comicios destacaba la promesa de cambiar la regulación del aborto para “reforzar la protección del derecho a la vida”. Nada más llegar al poder, y traicionando su promesa, Rajoy subió los impuestos. En el tema de la defensa de la vida, y después de marear la perdiz durante casi tres años, en septiembre de 2014 Rajoy anunciaba que también se negaba a cumplir su promesa sobre el aborto. El anuncio se saldaba con la dimisión del Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. Cuando ya está a punto de agotarse la legislatura, el PP ha dejado intactas todas las leyes ideológicas instauradas por el PSOE, desde las dirigidas a imponer la ideología de género hasta la llamada Ley de Memoria Histórica. Pero sin duda una de las peores traiciones la han sufrido las víctimas del terrorismo, que han visto como Rajoy continuaba la política de Zapatero, negándose a revelar los pactos de éste con ETA, excarcelando a terroristas, purgando el PP vasco de dirigentes que pedían firmeza contra ETA y cruzándose de brazos ante la presencia de las marcas electorales de la banda terrorista en las instituciones democráticas.

 

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