martes, 28 de abril de 2015

En 2015 Podemos aún debate si aceptar la bandera que identifica a España desde 1785


¿Un paso adelante de Podemos, o una muestra de su friquismo ideológico?

 

     
Hoy varios medios señalan que la cúpula Podemos debate si aceptar la bandera de España, que como señala el Art.4 de la Constitución “está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas”.
 
La tricolor, una bandera surgida de un error al interpretar un color
Por un momento he pensado que El Mundo Today había colado a medios serios una de sus cómicas noticias. Pero no: resulta que es cierta. Increíblemente, un partido político español que podría hacerse con la quinta parte de los votos en las próximas elecciones aún tiene dudas sobre si debe usar la bandera de España o no, porque sus bases prefieren usar la bandera tricolor roja, amarilla y morada, usada solamente por la Segunda República. Bandera tricolor que fue fruto de un equivocación vexilológica, pues sus creadores creyeron que el pendón de Castilla -del que tomaron prestado el cambio cromático de la tercera franja, en un gesto de castellanismo que deben ignorar muchos que usan hoy esa bandera- era morado, cuando en realidad era carmesí.
En los últimos 230 años, España sólo tuvo una bandera distinta durante 8
La actual bandera de España se adoptó como pabellón naval en 1785, durante el reinado de Carlos III, popularizándose rápidamente de tal como que en la Guerra de la Independencia muchos compatriotas la enarbolaron para hacer frente a la invasión napoleónica. En 1843 Isabel II estableció la rojigualda como la bandera de España para uso en todos los ejércitos españoles, no sólo en la Armada. Derrocada la reina con la Revolución de 1868, el gobierno provisional surgido de ésta no cambió la bandera. Contra lo que muchos piensan, la Primera República en 1873 siguió usando la rojigualda, limitándose a modificar el escudo. La rojigualda también fue bandera de España durante la Restauración, durante la dictadura de Primo de Rivera, la recuperó la dictadura de Franco, y en 1978 los españoles apoyaron masivamente la Constitución que, como he señalado, la proclamaba como su bandera. Basta con hacer algunos sencillos cálculos para darse cuenta de que en los últimos 230 años, España sólo ha tenido una bandera diferente a la rojigualda durante 8 años, y esto bajo distintos regímenes de tipo monárquico, republicano o dictatorial.
Una bandera que representa a la Nación Española, y no a un régimen
No deja de ser pintoresco que haya nostálgicos de un régimen efímero y con muchos más defectos como democracia que nuestro régimen constitucional. Puestos a elegir, por su tradición militar española e incluso por su estética prefiero mil veces la bandera con el aspa de Borgoña que la tricolor, pero frente a esas dos banderas la rojigualda tiene una ventaja notable: no está pensada para identificar a un régimen, sino a la Nación Española. En Francia, cuya bandera surgió como símbolo de una Revolución, hoy es una exigua minoría la que reivindica una bandera distinta de la tricolor, convertida no en símbolo de esa República, sino de Francia como nación. Lo mismo ocurre en Italia, en Portugal, en Alemania, y también en monarquías como Dinamarca, Luxemburgo, Países Bajos y Suecia. Si a un sueco le preguntan de dónde es la bandera azul con la cruz nórdica amarilla, te dirá que es de Suecia, y no de la monarquía sueca. Incluso los británicos, cuya nación está tan ligada a una monarquía, contemplan la Union Jack como una bandera que les une a todos ya sean monárquicos o republicanos. En EEUU, cuya bandera surgió con una Revolución y ha ido creciendo en estrellas cada vez que la Unión crecía en Estados, respetan a la Old Glory como enseña de su nación.
El rechazo a la bandera entre la izquierda, un friquismo ideológico
El rechazo a la bandera por parte de la izquierda en España es algo grotesco. Que un partido filtre una noticia así a los medios -porque supongo que esa noticia de hoy es un globo sonda para ver cómo responden las bases de Podemos-, es para dejar de tomarse en serio a ese partido. Frente a otras opciones de izquierda, Podemos no ha tenido reparos en hablar de patriotismo, pero insiste en cuestionar los símbolos de España, empezando por su bandera, y todo por unos prejuicios ideológicos ligados a una tremenda ignorancia histórica, de la cual beben afirmaciones como las que uno puede leer a menudo, tachando a la bandera española como “franquista” y chorradas por el estilo, memeces que sólo cabe esperar -entre otros- de los que también creen tonterías como que antes del franquismo no se usaba el español en Galicia, Cataluña y el País Vasco. Que Podemos aún esté debatiendo la bandera de España no es algo que hay que aplaudir como un paso adelante, sino como un ejemplo del friquismo ideológico de nuestra izquierda patria, empeñada en generar noticias, insisto, que parecen dignas de poner en la portada de una web cómica.
 
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