viernes, 27 de febrero de 2015

El día oficial de Andalucía

 

También día de San Rufino, santo martirizado tal y como está esta tierra desde hace 35 años por el régimen socialista

Un año más nos disponemos a celebrar el día de San Rufino. Será mañana, 28 de febrero, día que coincide precisamente con la celebración del Día de Andalucía. Es ésta última una efeméride de la que el régimen andaluz se ha apropiado haciendo abuso de los símbolos, manipulando los significados y torciendo los contenidos; y que decreta quién es buen o mal andaluz: se es buen andaluz si no se critica al gobierno de la Junta, se proclama a los cuatro vientos que vivimos en la «mejor» tierra del mundo y se alinea uno con el régimen cantando sus singulares glorias; se es mal andaluz si se hace lo contrario, ergo, debo ser uno de los peores andaluces porque yo por ahí no paso.
Ya es casualidad que la celebración del Día de Andalucía coincida con la onomástica de San Rufino, santo mártir que fue perseguido y martirizado tal y como esta tierra es atormentada desde hace más de 35 años por un régimen socialista que quiso convertir el sur de España en la California europea y que ya ven ustedes para lo que ha quedado: ecosistema de la corrupción, patio de monipodio, ámbito natural del enchufismo, tierra de sempiterno retraso,…
¿Que exagero? No lo creo. Porque la realidad viene a auxiliarme cuando pone ante nuestros ojos a dos expresidentes imputados por el Tribunal Supremo, varios exconsejeros pendientes de lo mismo en cuanto el parapeto del aforamiento deje de protegerlos, más de ¡200 personajes! a la espera de que la justicia los ponga en su sitio, la sanidad y la educación (que ellos y no otros han devaluado) en estado comatoso, una presidenta no elegida dedicada con pasión a alimentar su ego y sus propios intereses, un gobierno cuya fuerza motriz la constituyen los intereses de partido, cantidades colosales de dinero evacuadas por el sumidero de los cursos de formación para parados, desempleo desbocado hasta la grosería,…y Canal Sur, ese medio deliberadamente narcótico que escribe el falso relato de una «Andalucía al máximo» (al máximo de folclóricos, de niños repelentes, de mayores que buscan novio, de zafios chistosos, de verdades a medias,…)
Que mañana vayamos a celebrar «ese» Día Oficial de Andalucía parece, cuando menos, una frivolidad, una provocación y una chulería. Porque sí existe una verdadera Andalucía; la que resulta de extirpar toda la grasa antedicha, la que trabaja de forma callada, es honesta, se esfuerza y vive pegada a la piel milenaria del sur de España, la que conoce su historia, la que ama sus paisajes, sus gentes y su geografía, la que vive de su solo sudor y construye calladamente y la que sueña con que algún día el futuro, por fin, esté en sus manos. Brindo por esa Andalucía. Y que San Rufino nos ampare.

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