martes, 23 de septiembre de 2014

La España de Podemos: en quiebra, arcaica, aislada y sin libertades

 

Expertos en Sociología, Relaciones Internacionales y Economía desmenuzan en ABC su programa electoral


La España de Podemos: en quiebra, arcaica, aislada y sin libertades
 

Podemos ha irrumpido en el panorama político agitando el malestar de una sociedad largamente castigada por la crisis económica. Su estrategia ha consistido en vincular esa frustración con la gestión política y económica -con el sistema- y en prometer un mundo mejor. Sus dirigentes han dado muchos detalles sobre cómo destruir el actual modelo en su conjunto, pero no han precisado cómo construir esa utopía de supuesta igualdad y fraternidad. Lo que sí se sabe es que su ideal es el sistema comunista, su modelo es Venezuela y su referencia Hugo Chávez.
Pero, ¿qué hay detrás de Podemos? Su único programa electoral, el de las europeas, ofrece muchas palabras, muchas ambiciones genéricas, pero pocas propuestas concretas. ABC ha consultado a expertos de distintas disciplinas para analizar su viabilidad: Florentino Portero, analista internacional y profesor de Historia Contemporánea de la UNED; José Ramón Pin, profesor del IESE y exdiputado de UCD; y Amando de Miguel, catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. De sus análisis en los campos político, social, internacional y económico se deduce la España con la que sueña Podemos:

Construir la democracia

Es la declaración de principios del programa de Podemos. Sin embargo, Amando de Miguel considera que es «palabrería, retórica». «Basta ver el modelo al que se quieren asemejar: Venezuela es el más corrupto, oligárquico y arbitrario del mundo». En su opinión, «cuando a la democracia le pones adjetivos o adverbios -orgánica, como en el franquismo, o popular como en la Alemania del este- es que ya no es tal».

Marxistas

La izquierda que pretende liderar Pablo Iglesias fue superada en España en la Transición, aunque ya antes se habló de un socialismo no marxista. Muerto Franco, fue Felipe González quien renunció al marxismo en su proyecto para el PSOE que lideró durante dos décadas. Sin embargo, Podemos pretende retrotraerse a esa época para imponer un sistema de izquierda marxista.

Fuera de la OTAN

España tendría que rediseñar toda su política exterior y de defensa, organizada en la actualidad como miembro de la UE y de la OTAN y enfocada al Atlántico, el Estrecho o el Sahel. Como asegura el profesor Florentino Portero, España tendría que «rehacer toda su política desde una posición de debilidad y muy desprotegida ante su principal preocupación: la frontera sur».

Antiamericanismo

El discurso explícitamente antiamericano de los líderes de Podemos enlaza con posiciones mantenidas por la izquierda europea y española a finales de los años 70 y 80, pero está muy lejos de sus preocupaciones actuales en este ámbito. El profesor Portero insiste en que en el actual contexto son los europeos los preocupados porque «Estados Unidos deje de protegernos y tengamos que gastar mucho más en defensa», y no al revés. «Luego lloriqueamos porque se van...», añade.

Servicio civil de paz

España sustituiría su presencia en conflictos bélicos por un servicio civil de paz y afrontaría un proceso de desarme. Como recuerda el profesor Portero, la guerra se hace con militares y la paz se hace con civiles. «Enviar a civiles a la guerra es enviarles a que les degüellen». «Es una memez», asegura.

Jubilación a los 60 años

El profesor del IESE José Ramón Pin asegura que con el actual suicidio demográfico que hay en Europa, adoptar una medida de este tipo supondría que en el mejor de los casos las pensiones serían «de 100 euros». Además, es una propuesta que obvia que muchas profesiones hay personas que quieren y pueden seguir trabajando.

Prohibido despedir

Impedir a las empresas que generan beneficios despedir a un empleado es una medida que ya estuvo en vigor en España y que fracasó. «El artículo 35 de la Ley de Relaciones Laborales del franquismo prácticamente impedía despedir siempre», recuerda Pin, que considera que ataca la libertad empresarial y la competitividad y que «destrozó la economía española e impidió la productividad de las empresas». Más que el futuro, representa el pasado: «Es antediluviano, es arcaico, es franquista», concluye.

No pagar la deuda

La primera duda surge al no precisarse quién decide cuál es la parte de la deuda soberana que no se paga. Aun así, supondría un golpe mortal a la confianza de los inversores, que retirarían sus fondos. En esa situación, se pregunta Pin, «¿cómo se pagarían al día siguiente los salarios de los funcionarios?».

Impuesto de patrimonio

Aunque sigue en vigor en algunas comunidades autónomas, y aunque se puede estudiar a partir de determinada renta, imponerlo a toda la población supondría un nuevo castigo a las clases media y baja. «Pedirle a los ciudadanos que paguen impuestos por la casa del pueblo que heredan tres hermanos es, una vez más, injusto».

Control político del BCE

Como exdiputado de UCD en la Transición, Pin asegura que uno de los objetivos de quienes redactaron la Constitución fue tratar de separar el poder político del banco central. Si hay un camino para perfeccionar su funcionamiento, no es el de la mayor politización, sino el de la mayor independencia. La consecuencia inmediata del plan de Podemos para el BCE sería una inflación desmesurada, porque, «el político de turno no tendría más que imprimir dinero para resolver sus problemas. «¿Quién se lo impediría?», se pregunta Pin.

Despenalizar la ocupación

Aunque la medida se dirige a familias sin techo y a viviendas vacías de cajas intervenidas, supone un ataque directo a la propiedad privada. Amando de Miguel considera que revela el componente «anárquico» de Podemos y vaticina que supondría «el fin de una sociedad civilizada». «Es una barbaridad que buscaban los anarquistas de los años 20 y 30, y ya sabemos lo que pasó después», indica.

Libre circulación de personas

Inmediatamente, se produciría un efecto llamada, un «aluvión de personas» de unos países a otros, lo que provocaría «enormes desgracias». «Lo que proponen es el desorden y el desorden genera mayor desigualdad», asegura De Miguel, que también cree que ese tipo de medidas, como la legalización de las drogas, solo podría llegar a tener sentido si se lleva a cabo «en todo el mundo a la vez, nunca en un solo país, lo cual es en este momento absolutamente inviable».

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