Dos nuevos beneficiarios de la “mafia” Gürtel: el último informe de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) que fue entregado el pasado 26 de mayo al juzgado central de instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional desvela que Rodrigo Rato, actual empleado de Telefónica, Banco Santander y La Caixa y ex ministro, ex presidente de Bankia y del FMI, cobró de la trama. También lo hizo Alejandro Agag, yerno del ex presidente del Gobierno, José María Aznar. Frente a los 33.000 millones que se robaron en Bankia o los 108.000 millones de toda la banca española, la mayoría cajas de ahorro autonómicas, las “sisas” de Rato y Agag que desvela ahora Hacienda solo evidencian como las élites españolas de la “casta” no perdonan ni sus alquileres de coches ni los autobuses para acudir a sus cumpleaños: su codicia no tiene límites y alcanza a los gastos domésticos más personales, que o bien los paga el erario público o se sufragan mediante corrupción.
El informe antifraude de Hacienda entregado al juez Ruz dice textualmente así: “La factura íntegra, comprensiva de todos estos albaranes, nº 1893/01, de fecha 31/12/2001, también expedida a Clientes Central, se incluye como anexo 1 a este informe. En ella hay viajes disfrutados, además de por el imputado (Jesús Sepúlveda, entonces marido de Ana Mato) y miembros de su familia, por otras personas y sus familiares, como el mismo Correa, Pablo Crespo, Gerardo y Ricardo Galeote, Luis Bárcenas, Benjamín Martín, Alberto López Viejo o Guillermo Ortega”.
En una nota aparte, especifíca a los nuevos corruptos que se beneficiaron de la Gürtel: “Existe también alguna prestación a favor de Alejandro Agag {autobús para su cumpleaños, alb. 4581) Rodrigo Rato, y otras a favor de empleados de empresas de Correa”. Y añade: “Hay que resaltar como indicios de que los destinatarios no pagaron sus viajes: 1) Albaranes y factura se expiden a “clientes central”, un cliente ficticio. 2) Se emite una factura por servicios prestados a personas muy diversas y con casi dos años de retraso en relación a los servicios prestados a comienzos del año 2000. Entre las personas incluidas en la factura está el propio Correa y lo que parece ser el regalo de cumpleaños a un amigo”, en alusión al propio Agag. La nota aclara lo que a todas las empresas se les exige: “Lo lógico sería emitir una factura a cada persona, por sus propios viajes”.
Hacienda amplía así ante el juez lo que los periodistas José Antonio Hernández y José Manuel Romero investigaron: que el 15 de septiembre de 2001 Alejandro Agag celebró su cumpleaños en una finca de Robledo de Chavela (Madrid). Según los dos periodistas, la “fiesta” de Agag costó a los contribuyentes, vía corrupción, 14.525 euros. Al año siguiente, Agag se casaba con Anita Aznar y la “mafia” Gurtel volvía a pagar 32.425 euros por la iluminación del banquete.
“El 2 de enero de 2002, cuatro meses después del cumpleaños, la firma Special Events envió la factura del festejo a una dirección de Agag en Majadahonda, en Madrid. En la misma se detallaba el importe de la organización del cumpleaños por 9.015 euros, más 1.442 euros de IVA (16%). Un total de 10.457 euros. Es decir, hay un desfase de 676.902 pesetas (4.068 euros) entre lo facturado por Agag y lo que dice que se gastó el líder de Gürtel en el evento”, señalan los investigadores.
Alejandro Agag se ha limitado a afirmar que él tiene las facturas para demostrar que pagó todos esos gastos”, dicen los periodistas. ¿Realmente los pagó? Nada se sabe, ya que el juez Pablo Ruz no tiene ya medios para investigarlo, por lo que el presunto delito quedará impune. Trece años después, Hacienda sigue la pista y por lo tanto no se lo cree. A todo el montante de los pagos de Gurtel a Alejandro Agag ahora hay que sumar el coste del desplazamiento en autobús de sus invitados a Robledo de Chavela.
“Alejandro celebró ese 15 de septiembre (sábado) la fiesta de su 31 cumpleaños, que fue tres días más tarde, el 18 de septiembre. A finales de ese año anunció que abandonaba la política para dedicarse a la empresa privada y los negocios. En aquel momento aún no se conocía públicamente el caso Gürtel ni se sabía que Francisco Correa era su cabecilla ni se había producido aún la boda de Agag con Ana Aznar, la hija del expresidente”, señalan Hernández y Romero.
El cobro de Rodrigo Rato es aún más enigmático. La “Gürtel” le pagó un coche de alquiler, aunque no se especifica el trayecto ni la fecha. Lo extraño es que en aquellas fechas (2001) era ministro. Lo que sí se conoce en Hacienda, según denuncian los sindicatos profesionales de inspectores, es que, a su vuelta de Estados Unidos tras ser cesado como director gerente del FMI, Rodrigo Rato se trajo dos “containers” por vía aérea que no pudieron ser inspeccionados, según consta en los expedientes de aduanas del aeropuerto de Barajas. Son las influencias de la “casta”: ni pagan impuestos, ni aranceles. Y tampoco los coches de alquiler.
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