Los barones del partido han extendido a los pies de la andaluza la alfombra roja de la Secretaría General
La hoja de servicios reciente de la presidenta de Andalucía no es como para tirar cohetes
La alfombra roja a la Secretaría General que abandonará Alfredo Pérez Rubalcaba en julio se extiende ante sus pies. Todos los barones regionales, salvo los de Extremadura y Asturias, le han pedido abiertamente que se postule para tomar las riendas.
Cualquier cosa con tal de que no haya un proceso abierto a la militancia, como piden los tres aspirantes outsiders, Carme Chacón, Eduardo Madina y Pedro Sánchez.
Susana Díaz fue número dos del socialismo andaluz entre 2010 y 2012, tiempo en el que por primera vez el partido conoció los sinsabores del fracaso tras treinta años de hegemonía. Y por tres veces además, con los EREs en pleno apogeo.
Al socialismo sólo se le salvaron de la quema las diputaciones de Huelva, Sevilla y Jaén.
Medio año después vino la segunda derrota para el PSOE-A de Griñán y Díaz. Andalucía, que tanto aportó a las victorias de José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 y 2008, en las generales de 2011 se decantó mayoritariamente por Mariano Rajoy: el PP obtuvo allí 9 puntos de ventaja, 8 escaños más que el PSOE (33-35) y quedó casi 400.000 votos por delante.
Eso también forma parte del currículum de Susana Díaz en la sala de máquinas del PSOE de Andalucía, aunque los socialistas tengan memoria selectiva.
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