martes, 4 de marzo de 2014

La Junta de Andalucía descuida sus recursos culturales mientras pide la Catedral

Los conjuntos arqueológicos están parados y sin inversiones, el C4 sigue sin definición ni fecha de apertura y la colección de Citoler se dejó escapar.

Visitantes en el Salón Rico de Medina Azahara
Un nuevo recurso cultural de primer orden cuando ni siquiera se atienden bien los que ya se tienen, no tan importantes pero muy numerosos. La actitud de la Junta de Andalucía de intentar que la Mezquita-Catedral sea patrimonio público choca con la realidad de que los recursos que ya tiene encomendados no siempre están en la mejor situación posible. Los recortes y las dificultades de los últimos años tienen parte de la culpa, pero no toda, porque en manos de la Administración autonómica hay recursos a los que apenas se ha prestado atención.
Es el caso de los yacimientos arqueológicos de Cercadilla y Ategua. El primero, en el casco urbano de la capital, y parcialmente arrasado por las vías del AVE, se abrió al público hace unos años, pero con un horario discontinuo, y con las quejas de los vecinos de que no siempre se había cuidado con diligencia. Ategua, en Santa Cruz, apenas ha tenido 600.000 euros en las últimas décadas, donde ha sido víctima tanto del abandono como del expolio y de las actuaciones de algunos agricultores.
Medina Azahara sí tuvo bastante atención presupuestaria, pero no en los últimos años. El museo supuso un importante avance y una fuerte inversión, pero el número de visitantes ha descendido y el propio centro mostró algunos desperfectos en muy poco tiempo. Al mismo tiempo, las excavaciones se detuvieron y tampoco se prestó atención ni a la declaración como Patrimonio de la Humanidad ni a la amenaza de las parcelaciones.
El otro gran buque insignia, el Espacio Andaluz de Creación Contemporánea, sigue a la espera de tener una definición concreta, con 25 millones de construcción desde el año 2008. El yacimiento romano de Cercadilla es un claro caso de infrautilización de un valor patrimonial de altura. Una situación similar vive el castillo de Belalcázar.
Así y más concretamente, en el caso de Medina Azahara, la crisis se ha llevado por delante las excavaciones que permiten conocer mejor el rico yacimiento. El museo, inaugurado en 2009, ya presenta problemas de conservación. Tampoco se ha avanzado nada en el deseo de que la Unesco declare a la ciudad palatina Patrimonio de la Humanidad, ni se ha actuado con contundencia en las parcelaciones que afectan a su entorno y a lugares con posibles restos.
Por su parte, el yacimiento de Cercadilla, parcialmente arrasado por las obras del tren, está abierto desde 2005, cuando la Junta lo inauguró pero la crisis ha hecho mella y hoy solo se puede visitar durante doce horas a la semana. Aunque tiene personal permanente, el deterioro y los efectos del clima le han pasado factura, y tampoco se contempla seguir avanzando en la excavación.
Más de 25 millones de euros lleva gastados la Junta en el Espacio Andaluz de Creación Contemporánea desde 2008, y todavía no ha terminado. Falta el equipamiento, que será costoso. El buque insignia de la Consejería de Cultura en Córdoba no tiene ni rumbo, porque su contenido exacto apenas está definido, ni tampoco director. Tras un cruce de declaraciones, la Junta urbanizará ahora el entorno y los accesos, pero la fecha de apertura, seis años después de empezar, sigue lejano.

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