La Comisión Europea ha decidido por fin levantar las alfombras del futbol español. Primero ha detectado que el comisario Joaquín Almunia(PSOE) ha retrasado durante cuatro años la inspección a los clubes españoles subvencionados por políticos que les permiten además no pagar ni la Seguridad Social ni a Hacienda, como el resto de las empresas. Y, de rebote, ha desautorizado al ministro de Exteriores,García Margallo, que pretendía envolverse en la bandera del patrioterismo rancio de la “Marca España” y se ha encontrado con que son los propios ciudadanos españoles y los periodistas deportivos los que están aireando esta connivencia ilegal entre los políticos y los clubes. Uno de los “gurús” de la prensa deportiva, Alfredo Relaño, director del diario As, ha escrito de manera clara y precisa donde está la clave del problema: “aquí hay mucho político que va gratis al fútbol”. Y lo que es peor: hacen negocios ilegales con la corrupción del fútbol.
El comisario Almunia, socio del At. Bilbao, ha estado tapando durante 4 años las miserias del fútbol español hasta que ha sido descubierto por la defensora europea del pueblo, Emily O’Reilly: “El hecho de que el comisario de Competencia tiene vínculos conocidos con uno de los clubes en cuestión es problemática”, señaló la defensora en un comunicado público a los medios, donde le reprocha haber tardado más de cuatro años en investigar que “algunos equipos españoles se están beneficiando de unos acuerdos que conceden exenciones y otras ventajas fiscales”, según los denunciantes.
Después de la reunión del Colegio de Comisarios,Almunia ha tenido que rectificar. Tras encastillarse inicialmente en la defensa de la corrupción futbolística que supone permitir que los clubes españoles no paguen impuestos y sean subvencionados por políticos que luego acuden gratis a los palcos de los estadios para “salir en la foto” junto a los presidentes a los que subvencionan, ahora ha tenido que admitir que siete clubes españoles van a ser investigados y otros cuatro, entre ellos “su” Athletic, son los únicos que no se han convertido en sociedades anónimas para aprovecharse fiscalmente de la opacidad y la disminución de impuestos.
Otro político español que se ha llevado un revolcón de las autoridades europeas ha sido el ministro de Exteriores, García Margallo, que se ha hecho ya célebre en el continente por sus continuas “meteduras de pata”. Margallo indicó en un primer momento que su Gobierno daría la batalla para defender a los clubes españoles a los que se ha abierto un expediente porque está convencido de que “no hay nada irregular en ninguno de los casos y porque el fútbol español es parte de la Marca España”.
Pero la reacción ciudadana ha sido la inversa a la que se produjo en el “caso Contador” y en otros episodios de corrupción que han ensuciado el deporte español: las peticiones de investigación de las irregularidades y del cese de los privilegios han sido prácticamente unánimes en la prensa deportiva y generalista, lo que ha llevado al ministro de Hacienda,Cristóbal Montoro, a admitir que “lo importante es que los clubes de fútbol se pongan al día con Hacienda”.
Las ilegalidades que investiga Bruselas son numerosas: el hoy ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, “distrajo” 22 millones del Ayuntamiento de Madrid cuando era alcalde para comprarle al Real Madrid unos terrenos que apenas costaban 0,5 millones de euros y que, para más inri, antes eran suyos.
Las recalificaciones y componendas las realizó un funcionario del ayuntamiento, Francisco Panadero, que luego “fichó” por la entidad blanca con un sueldo millonario. La relación de amistad entre Florentino Pérez y Ruiz Gallardón es pública y notoria. También en el F. C. Barcelona se está investigando al padre de Lionel Messi por evasión de impuestos y fraude en los partidos benéficos de su hijo. Y el propio presidente del club, Sandro Rosell, también ha sido denunciado por la opacidad del fichaje de Neymar, cuyas cuentas no cuadran, así como por corrupción como curioso representante de los partidos amistosos de la selección brasileña.
En el At. Bilbao se tiraron a la basura 40 millones de euros que pagaba la Juventus por su mejor futbolista: Fernando Llorente. Su presidente, el ex futbolista Josu Urrutia, íntimo amigo del presidente de la federación española, el también ex futbolista del mismo club, Angel María Villar, se mostró tan despilfarrador y dadivoso porque no necesitaba el dinero: todos los políticos “profesionales” del País Vasco pusieron subvenciones por la vía de los impuestos de los ciudadanos a través de San Mamés Barria, la sociedad pública que gestionó el proyecto y en la que están Gobierno vasco, Diputación de Bizkaia, BBK y Ayuntamiento de Bilbao, además del Athletic.
Los casos de corrupción de los clubes no son además los únicos. La reciente detención de Julio Prieto, ex futbolista del At. Madrid, es solo una parte del “sistema”: anteriormente han sido condenados -aunque sin entrar en la cárcel- el presidente del Sevilla C.F., José María del Nido, como antes lo fue el ex futbolista José Luis Pérez Caminero, al que le piden 4 años de cárcel por blanqueo de dinero. El actual director deportivo del Atlético de Madrid, aconsejado por Gil Marín y Enrique Cerezo, se deja ahora ver en las retransmisiones de Canal Plus, donde los periodistas no le preguntan por su causa judicial.
Algo parecido a lo que hace también Arturo Fernández, el empresario de CEIM acusado de corrupción que también se deja ver asiduamente en el palco colchonero invitado por Cerezo y Gil Marín.El círculo lo cierra Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, cuya esposa, Lourdes Cavero, es la única de los 18 vicepresidentes de la CEIM que cobra, y no el salario mínimo precisamente: 100.000 euros al año, según el periodista Jesús Soto. Los trabajadores de Telemadrid han sido los que han denunciado al fiscal que el apartamento de lujo en Marbella que investiga la policía le fue regalado al matrimonioGonzález-Cavero por Cerezo a cambio de recalificaciones urbanísticas y contratos televisivos en la entidad pública.
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