Ciudadanos, productos, servicios y turismo se verían gravemente afectados.
El Estado catalán no podría mantener su estructura actual y tendría que reducir servicios y aumentar impuestos.
Pero, ¿es cierto que habrá más trabajo y pensiones más altas en una Cataluña independiente o es sólo populismo barato de Mas y ERC?
Esto provocaría varias consecuencias. En primer lugar, un coste económico, en forma de aranceles, que gravaran los productos catalanes, haciéndoles perder competitividad en el exterior de Cataluña. Esto penalizaría su balanza comercial, ya que, caerían sus exportaciones, y aumentarían sus importaciones (Cataluña, al igual que el resto de España, necesita importar energía y materias primas, para satisfacer su demanda interior). Ese saldo negativo de dicha balanza, perjudicará gravemente la evolución de su PIB, siendo un gran lastre para el crecimiento económico de la Nación Catalana.
En segundo lugar, los ciudadanos catalanes, no podrían circular libremente por los países miembros de la UE, teniendo que familiarizarse de nuevo con términos como aduanas, pasaportes y visados.
A la dificultad para exportar se une si el mercado catalán será lo suficientemente atractivo como para que las empresas catalanes puedan seguir vendiendo sus productos, sin necesidad de vender fuera, para poder mantener sus economías de escala (nivel de producción) y sus ventas. Sería difícil crear esas economías de escala en el mercado catalán, provocando que muchas empresas para evitar los aranceles, decidan deslocalizarse hacia otros emplazamientos dentro del los países miembro de la UE.
Este hecho, a parte del correspondiente aumento del desempleo, provocaría una caída de la actividad económica, una caída de la recaudación impositiva
El Estado Catalán no podría mantener su estructura actual (Embajadas, Parlamentos, Fundaciones, Empresas públicas, funcionarios, Medios de comunicación públicos o altamente subvencionados) y futura (educación, justicia, sanidad, seguridad).
Tendría que reducir los servicios o aumentar los impuestos, provocando un grave daño al nivel de vida de la ciudadanía catalana.
Difícilmente podría evitar una subida sustancial del precio de los productos en Cataluña, para que las empresas puedan mantener su margen de beneficios, a pesar de la caída de las ventas, sin tener que reducir capacidad productiva (despidos de personal), para poder seguir siendo rentables. Esta consecuencia de subida de los precios sería otro duro hándicap para los productos catalanes, y un duro revés para el turismo.
Los propios ciudadanos catalanes, como los productos y el turismo, se verían gravemente afectados por la independencia, y no precisamente de forma positiva. Aún así, ¿son conscientes los catalanes que la independencia perjudicaría su nivel de vida?
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