El día del trabajador, el día
que todos los sindicatos y partidos de izquierdas, abanderan como suyo,
pensándose que tienen derecho a ello, por ser el único día del año que trabajan
algo, aparte de huelgas concertadas por interés con partidos de izquierdas, sin
pensar en lo mas mínimo en aquellos si han trabajado muchos años o están
trabajando, salvo por la participación que puedan dar a sus manifestaciones,
para engrosar encuestas de números de participantes.
Y el día 2, el olvido del
trabajador, es inevitable aunque indigno, porque gracias al trabajador estos
comen todo el año y viven como los capitalistas a los que tanto acosan en sus
discursos. Un olvido despiadado, mezquino, ya no les servimos, ya hasta el
próximo día 1 de Mayo o huelga General, no nos necesitan salvo para cobrar
cuotas de aquellos que como un obligación hacía su ideología se ven obligados a
pagar, preludio del desengaño mayor, que se llevan cuando por primera vez los
necesitan de verdad.
Desengaños, que cuando vemos el
derroche del dinero público que hacen, derroche a lo grande, estilo de los
golfos que habitan los Clubs de carretera nocturnos y Marisquerías de reunión de
chulos y macarras, lugares donde poder, sin vergüenza alguna , mostrar un Rolex
de oro o invitar a mariscadas ,nos transforman la cara, quedándosenos, como la
del niño con hambre que mira el escaparate de la
pastelería.
Los sindicatos son necesarios,
pero no estos que los dirigen, que se han aposentado en sus direcciones,
viviendo del cuento de subvenciones, hurtos de ERES y tráfico de influencias
laborarles, por eso deberíamos hacer el pensamiento general, de que existan y
subsistan por medios propios, que se lo ganen, como cualquier trabajador, cuyo
día 1 de Mayo, hasta hoy, celebran, manchando el honor de tan digna palabra,
Trabajador.
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