La decisión de Amancio Ortega de donar 20 millones de euros a Cáritas se lo ha puesto a huevo a la progresía para poner en marcha su fábrica de memeces. Un icono progre, Lucía Etxebarría, se ha descolgado con la siguiente perla: “Si los empresarios ( Ortega entre otros) no deslocalizaran fábricas, quizá no haría falta Caritas.” Según la teoría de esta señora, si Citröen (empresa francesa que da trabajo a miles de españoles en su fábrica de Vigo) no hubiese deslocalizado esa factoría situándola en España, ¿los españoles no necesitaríamos a Cáritas?
Podría dar muchos más ejemplos, pues en España invierten su dinero más de 5.500 empresas extranjeras, igual que muchas empresas españolas hacen negocio gracias a sus inversiones en el extranjero (y de esos negocios nos beneficiamos todos, dicho sea de paso). ¿Preferiría Lucía Etxebarría que Opel se largase de Figueruelas, Renault de Valladolid, Volkswagen de Navarra… dejando en el paro a sus miles de empleados?
En fin, esto de invertir en el extranjero no es que sea un invento de esa perversa globalización capitalista contra la que cargan ciertos indocumentados: es así como funciona el comercio desde hace siglos. Mucho me temo que pedirle a un progre que entienda algo tan sencillo es como pedirle a un rinoceronte que cante “La Traviata”. Y es que la progresía no está reñida con el capitalismo: más bien, los cabezazos se los da al comercio y a la economía en general. Así deja el país como lo deja cada vez que poner a circular sus ocurrencias en La Moncloa.
Cáritas necesita ayuda, no vana palabrería pseudosolidaria
Para terminar, quien quiera ayudar a Cáritas a atender a los más necesitados -muchos de ellos están como están gracias a las barbaridades ideológicas hechas desde el poder por lumbreras que sabían tan poco de economía como la citada escritora-, puede hacerlo en esta dirección:
Doy por hecho que no moverán un dedo quienes consideran que eso de la caridad es cosa de fachas y prefieren llenarse la boca de vana palabrería sobre la justicia social. El egoísmo se esconde tras muchos disfraces, pero el peor de todos es el de aquellos que van de “solidarios”… pero siempre con el dinero de los demás.
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