martes, 24 de enero de 2012

La crisis del Grupo Gallardo da la puntilla al oleoducto Huelva-Extremadura

El ex consejero delegado de Refinería Balboa y Grupo Gallardo, Juan Sillero

 EL CONSEJERO DELEGADO ABANDONA Y LA JUNTA EXTREMEÑA NO GARANTIZA SU APOYO.


Finalmente no serán los condicionantes medioambientales sino la grave situación económica por la que atraviesa el Grupo Gallardo la que amenaza con hundir el proyecto del oleoducto que tendría que discurrir entre la zona portuaria de Huelva y el municipio de Los Santos de Maimona, en la provincia de Badajoz. La crisis del holding se ha traducido en la dimisión de Juan Sillero, consejero delegado y persona de absoluta confianza de Alfonso Gallardo, presidente del Grupo, desde sus inicios empresariales, que ha sido el máximo defensor del proyecto de refinería y oleoducto con permanentes gestiones ante políticos, empresarios y sindicatos.
La situación económica del Grupo Gallardo, con una deuda que se sitúa en torno a los mil millones de euros, se ha agravado en los últimos meses. Así, el proyecto de venta a Brasil de tres acerías y una cementera, cuyo acuerdo se firmó el pasado mes de junio, se encuentra bloqueado por diferencias en la valoración del paquete, y la solución de la operación, que puede producirse en breve, supondrá un importante recorte en las previsiones del empresario extremeño.
Alfonso Gallardo pedía a la Compañía Siderúrgica Nacional de Brasil 970 millones de euros por las dos acerías que tiene en el País Vasco, y una tercera en Alemania, más una planta cementera. El valor final de la operación tendrá que ser sensiblemente inferior al previsto inicialmente.
Sin embargo, el mayor golpe que ha recibido el grupo ha sido la dimisión de su consejero delegado, Juan Sillero, Natural de la provincia de Córdoba, Sillero tenía una modesta asesoría cuando Gallardo lo descubrió y ha sido durante décadas el alma mater del Grupo, el cerebro de las operaciones y una garantía de eficacia en la gestión.
La dimisión del consejero delegado se produce después de que Sillero haya llevado a cabo una intensa labor para convencer a empresarios, sindicatos y Junta de Andalucía de las bondades del proyecto de oleoducto, una iniciativa que ahora depende del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente de Miguel Arias Cañete, y al que la Junta andaluza puso reparos medioambientales sin descartarlo, no obstante, como ya adelantó El Confidencial.
Demasiado dinero para la Junta de Extremadura
Para agravar la situación, la Junta de Extremadura no garantiza que vaya a seguir en el accionariado del oleoducto y refinería Balboa, y si ya tenía dudas al final de la etapa del Gobierno socialista, ahora, con José Antonio Monago, del PP, en la presidencia de la comunidad autónoma, apoyado por IU, enemiga acérrima del proyecto, la situación se vuelve más complicada. De hecho, la especial relación de Gallardo con la Junta extremeña se remonta a la época de Rodríguez Ibarra y sobre todo de Francisco Fuentes Gallardo, sobrino del empresario y destacado dirigente del PSOE extremeño.
La actitud de la Junta extremeña, sin embargo, más que con colores políticos tiene que ver con la situación económica. La administración regional tiene el 20% del accionariado del proyecto Balboa para el desarrollo del oleoducto y la refinería. Y, según los últimos cálculos realizados, la inversión necesaria ha pasado de los 1.200 millones iniciales a 2.500. Es decir, que la Junta extremeña, en una situación de grave crisis como la que actual, no puede plantearse hacer frente a la inversión prevista ni mantener siquiera la previsión inicial.
La crisis del Grupo Gallardo ha llegado también a los medios en los que tiene presencia a través de su división Gallardo Comunicación. Así, el periódico Jaén, que el industrial extremeño le compró a Prisa aconsejado por Gaspar Zarrías, entonces hombre fuerte de Manuel Chaves en la Junta andaluza, ha sufrido un expediente de regulación de empleo después de una congelación de sueldos a la plantilla. Y El Correo de Andalucía, con sede en Sevilla, se encuentra en un periodo de extinción con un goteo de fugas y despidos concertados

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