domingo, 16 de octubre de 2011

Blanco y su fe para eludir la pifia de la gasolinera

El problema del ministro socialista no es de fe sino de números

Blanco invoca su fe cristiana para no aclarar el chanchullo de la gasolinera.

Pero el problema de Blanco no es de fe sino de números. El ministro debe comparecer en el Congreso o ante los medios de comunicación para explicar sus cuentas porque no cuadran sus ingresos con sus gastos. Es una cuestión de aritmética elemental y no de creencias éticas o religiosas.
Blanco ha revelado públicamente que gana unos 54.000 euros netos al año por su sueldo de ministro. A eso habría que sumar unos 12.000 euros que recibe como complementos a su actividad de diputado.
En total, 66.000 euros. Con esos ingresos, Blanco se ha comprado dos casas en dos años y medio. Una de ellas escriturada en 670.000 euros en Madrid. La otra está en la ría de Arosa.
El ministro de Fomento lleva a un hijo y a una hija a un centro privado de Majadahonda por el que paga 5.200 euros al trimestre por ambos sin incluir la ruta ni la comida.
Él mismo reconoció hace unos días que «la decisión» de dar una educación privada a su hijos le supuso «un gasto personal». Además, Blanco tiene dos coches, uno de ellos, de gama alta. Aun sumando los ingresos de su esposa, unos 1.600 euros al mes, las cuentas no salen.
Lo que se le exige a Blanco es algo tan elemental como una explicación pública, aportando documentación de sus ingresos y sus gastos para demostrar que las cuentas encajan.
Pero él prefirió ayer convertir este asunto en una cuestión de fe, como si creer en Dios fuera un privilegio que hace innecesario rendir cuentas a los ciudadanos.
Ni siquiera José Bono se atrevió a tanto. Ahora, el ministro de Fomento pretende que aceptemos su palabra sin más, pero el hecho es que Dorribo aportó documentos y estuvo cinco horas declarando el pasado jueves por segunda vez. Alguna credibilidad debe ofrecer lo que dice.
Al margen de sus creencias, lo que Blanco debe explicar es cómo resulta posible mantener ese nivel de vida con sus ingresos.

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