A ver si eres capaz de adivinar quién escribió esto tras un anuncio de tregua de ETA: “¿Por qué ETA decide, justo en mitad de la campaña electoral, precisamente en el momento en el que las encuestas alejaban a Rajoy de la mayoría absoluta, anunciar una tregua en Cataluña? ¿A quién beneficia? ¿Por qué se permite a la banda terrorista hacer política? ¿Por qué se hace política a raíz de un comunicado de ETA?“ ¿A que el autor no parecía muy alegre ante dicho anuncio de la banda asesina, ni muy confiado ante las palabras ETA?
Reclama moderación al PP el que dijo que “ETA pide el voto para el PP”
El jueves pasado ese mismo sujeto le decía a Rajoy que “tiene que callar a sus ultras” (un gran demócrata este sujeto, pidiendo que se calle al que no opina como él). En su Twitter definía a esos ultras como “esos señores que acusan (impunemente) al presidente de ser aliado potencial de ETA. Como Mayor Oreja.” Ese sambenito lo pone ahora el que publicó la cita con la que abro esta entrada en un artículo titulado “ETA pide el voto para el PP”. En dicho artículo el autor en cuestión afirmaba sin rodeos: “ETA necesita al PP casi tanto como el PP utiliza a ETA.” Ese mismo día, el mismo personaje publicó una entrada en su blog con una imagen de Rajoy estrechándole la mano a un etarra en señal de gratitud. Toma moderación.
No alegrarse con la nueva farsa etarra también te convierte en un ‘ultra’
El caso es que el arco de acusados por el dedo inquisidor de este personaje no le debió parecer lo bastante amplio, pues ayer lo aumentó considerablemente: se puso a repartir sambenitos de “ultra” entre todos los que han reaccionado ante el último anuncio de ETA con igual escepticismo que ante los anteriores, empezando por algunos dirigentes del PP: “Por supuesto que los hay que no se alegran. En su propio partido, sin ir más lejos: Aguirre, Iturgaiz, Aznar, Mayor Oreja… O en su entorno mediático, en casi todos los diarios de la derecha“, chivateaba el individuo en cuestión (le faltó añadir a esa lista negra a las víctimas de ETA, que andan más bien tristes e indignadas, no como los batasunos, que están eufóricos). En fin, a este tío le debe pasar como al niño de “El sexto sentido”, pero en vez de ver muertos en ocasiones, éste ve ultras a todas horas… Pobriño, qué mal lo debe pasar.
Por mi parte, lo tengo claro: entre estar con las víctimas y alinearme con ciertos caraduras que confían o desconfían de la palabra de los asesinos de ETA en función de sus intereses políticos, me voy con las víctimas. Y si estar con las víctimas tiene como precio que el columnista de un periódico de extrema izquierda me tache de “ultra”, asumo ese precio encantado. Más me ofendería recibir piropos de semejante individuo por confiar en una farsa de ETA, como les ha ocurrido a Mariano Rajoy y a Antonio Basagoiti estos últimos días.
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