La ex vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega protagonizó el pasado miércoles, en la antesala de un vuelo de la compañía Air Nostrum desde Santander hacia Madrid un episodio que pone de manifiesto la profunda desigualdad existente entre políticos y ciudadanos en España.
Según han confirmado a LA GACETA varios testigos del vuelo, uno de los pasajeros fue advertido, momentos antes de abordar el avión, de que su plaza se encontraba “estropeada” y que tendría que posponer su viaje al próximo vuelo hacia Madrid, hora y media más tarde. El pasajero fue reclamado para este cambio incluso después de haber traspasado el último control de billetes previo a su entrada en el avión que, en este caso, se realizaba a pie de pista. La sorpresa llegó cuando otros pasajeros que presenciaron dicha incidencia constataron, una vez dentro del avión, que quien ocupaba el “asiento estropeado” no era otra que María Teresa Fernández de la Vega, actual consejera de Estado.
La prioridad que se le dio a De la Vega, según algunas fuentes consultadas por este periódico, fue exagerada. Tal y como han explicado, es normal que cuando se trata de vuelo regular, y como consecuencia de un cambio imprevisto en la agenda de una autoridad, se reserve un número determinado de plazas que ya habían sido adjudicadas a otros ciudadanos, que son reubicados en otros vuelos e indemnizados, como fue este caso.
Sin embargo, matizan, sólo ocurre –como mínimo– con quien ostenta una cartera ministerial, algo que Fernández de la Vega no hace desde su salida del Gobierno hace ya casi un año.
El pasajero levantado fue indemnizado por la compañía con una cantidad económica y tratado de reubicar en otro vuelo, dirección Madrid, que salía del aeropuerto cántabro. De la Vega se encontraba en Santander para recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que clausuraba sus cursos de verano.
Discurso
Curiosamente, la ex vicepresidenta socialista dedicó gran parte de su discurso a la igualdad y al papel de las mujeres en la sociedad. De la Vega llegó a afirmar, horas antes de tomar asiento en dicho vuelo, que “las mujeres no pueden permitirse ni la más mínima tregua en la lucha por la igualdad”.
En el mismo discurso, la que fue vicepresidenta del Gobierno durante seis años, afirmó que “cuando una mujer retrocede, la sociedad da marcha atrás en derechos y progreso”, calificando la igualdad como “gran causa de nuestro tiempo”.
Según han confirmado a LA GACETA varios testigos del vuelo, uno de los pasajeros fue advertido, momentos antes de abordar el avión, de que su plaza se encontraba “estropeada” y que tendría que posponer su viaje al próximo vuelo hacia Madrid, hora y media más tarde. El pasajero fue reclamado para este cambio incluso después de haber traspasado el último control de billetes previo a su entrada en el avión que, en este caso, se realizaba a pie de pista. La sorpresa llegó cuando otros pasajeros que presenciaron dicha incidencia constataron, una vez dentro del avión, que quien ocupaba el “asiento estropeado” no era otra que María Teresa Fernández de la Vega, actual consejera de Estado.
La prioridad que se le dio a De la Vega, según algunas fuentes consultadas por este periódico, fue exagerada. Tal y como han explicado, es normal que cuando se trata de vuelo regular, y como consecuencia de un cambio imprevisto en la agenda de una autoridad, se reserve un número determinado de plazas que ya habían sido adjudicadas a otros ciudadanos, que son reubicados en otros vuelos e indemnizados, como fue este caso.
Sin embargo, matizan, sólo ocurre –como mínimo– con quien ostenta una cartera ministerial, algo que Fernández de la Vega no hace desde su salida del Gobierno hace ya casi un año.
El pasajero levantado fue indemnizado por la compañía con una cantidad económica y tratado de reubicar en otro vuelo, dirección Madrid, que salía del aeropuerto cántabro. De la Vega se encontraba en Santander para recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que clausuraba sus cursos de verano.
Discurso
Curiosamente, la ex vicepresidenta socialista dedicó gran parte de su discurso a la igualdad y al papel de las mujeres en la sociedad. De la Vega llegó a afirmar, horas antes de tomar asiento en dicho vuelo, que “las mujeres no pueden permitirse ni la más mínima tregua en la lucha por la igualdad”.
En el mismo discurso, la que fue vicepresidenta del Gobierno durante seis años, afirmó que “cuando una mujer retrocede, la sociedad da marcha atrás en derechos y progreso”, calificando la igualdad como “gran causa de nuestro tiempo”.
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