Gaspar Llamazares y Rosa Aguilar,en un acto celebrado en Córdoba,cuando era alcaldesa
Santiago González 'rescata' el apoyo de Aguilar y Llamazares al PP, los mismos que denostan ahora la abstención de IU.
El articulista de El Mundo reprocha al PSOE que no considerase 'indigno' el respaldo de los populares a Patxi López.
Apunta el articulista hacia Llamazares y asegura que:
Se acordaría ayer de aquel día ya lejano de 1995 en que él, candidato de IU a la Presidencia del Principado de Asturias, se abstuvo junto a los otros cinco diputados de su grupo, propiciando con ello la investidura del candidato del PP, Sergio Marqués, con sus 21 escaños, frente a los 17 socialistas que apoyaron a Antonio Trevín. Ayer, Llamazares, uno de los artífices de aquella pinza, se alineaba con Cayo Lara para tratar de impedir en última instancia que los campanilleros de Arcadi Espada hagan lo mismo que él hizo 16 años antes con análogo resultado: facilitar la investidura del popular Monago.Seguidamente, le receta unas 'pildoras' contra la amnesia a la actual ministra de Medio Ambiente:
La gentil desmemoria de la ministra Rosa Aguilar recuerda que «habrá muchos ciudadanos de la izquierda que les parezca inexplicable que unos votos que se dan para avanzar en las políticas que se estaban realizando en Extremadura se los encuentre el PP para gobernar». En el Ayuntamiento de Córdoba, los cinco concejales del PSOE no apoyaron en 1995 a los 11 de IU para impedir que el PP, con 13, llevara a la Alcaldía a Rafael Merino, antecesor de la misma Aguilar, que ahora se queja de la pinza extremeña. En Málaga, Celia Villalobos se alzó en el mismo año con la Alcaldía porque los siete concejales del PSOE no hicieron con los nueve de IU una mayoría que superase a los 15 del PP.Asevera González que:
Hay mucha gente que ha hecho del frentepopulismo el fiel de su balanza y le parece lo más natural del mundo que el proyecto de IU se sume gozosamente al proyecto de izquierda del PSOE, no por coincidencia programática, ni siquiera por compartir la tarta del poder, sino porque el zapaterismo acertó a definir un cordón sanitario en torno al principal partido de la oposición. ¿Vas a permitir que el PP gobierne Extremadura? La pregunta lleva una carga que amenaza con linchamiento mediático: un partido de izquierdas que permite un gobierno de derechas, ¡qué vergüenza!Y le pinta la cara a esos socialistas que, por ejemplo, no consideran indigno el pacto con el PP en el País Vasco.
Lo que pasa es que en la pregunta y en la censura implícita hay trampa. El mismo partido que, inmune ante la hemeroteca, se sube a la peana de la dignidad moral de la izquierda y el respeto a los votantes en Extremadura, hace valer el mismo razonamiento para impedir el Gobierno del PNV en Euskadi. Aquí no considera indignos los votos del PP que apoyan a López. Pero es una propuesta tan difícil de rechazar que se envuelve en un contrato de adhesión, gratis total, nada. Lo decía Michael Corleone al senador Pat Geary, durante la fiesta de la primera comunión de su hijo Anthony en El Padrino: «Senador... mi oferta final es ésta: nada. Ni siquiera el precio de la licencia. Usted tendrá la amabilidad de pagarla por mí».
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