jueves, 12 de mayo de 2011

La Junta, clasificada X

Mientras se consuma el expolio sistemático de Andalucía, los socialistas invaden esferas privadísimas, que la Constitución reserva a los padres (art. 27.3), haciendo con la sexualidad ingeniería social.

 
Muchos andaluces no tienen para llegar a fin de mes, pero sus gobernantes socialistas sí tienen dinero para dejar contentos a los amigos –los ERE–; para prolongar la casta de señoritos en versión sindical (8.000 liberados); para repartir preservativos de colores o, la guinda, para enseñar a masturbarse a adolescentes de 12 a 16 años en horario escolar. A la corrupción política del cortijo socialista que está ahora bajo la lupa de la Justicia, se suma también la moral, es decir corrupción de menores, y encima con dinero público.

Mientras se consuma el expolio sistemático de Andalucía, los socialistas invaden esferas privadísimas, que la Constitución reserva a los padres (art. 27.3), haciendo con la sexualidad ingeniería social. Se trata del Programa Forma Joven, patrocinado por las consejerías de Salud, Educación e Igualdad que, en horario escolar, imparte a los quinceañeros andaluces enseñanzas tan instructivas como “la masturbación, una práctica sexual más, que se puede realizar en solitario o en pareja”; y que a la hora de pasar de la teoría a la práctica, propone el siguiente ejercicio: “Elegir varias revistas del corazón, de hombres, de mujeres y pornográficas y analizarlas”. Con una de las tasas de fracaso escolar más altas de España, los estudiantes andaluces pueden terminar siendo unas eminencias en pornografía, aunque carezcan de base en lo que para la Junta deben ser marías: Matemáticas, Física, Humanidades o Inglés.

Además de vulnerar un derecho sagrado de los padres, saltarse a la torera la Constitución, desvirtuar el sentido de una formación integral de la persona –con una visión reduccionista de la sexualidad– y derrochar unos caudales que tan necesarios son en una comunidad como Andalucía, la Junta demuestra con su Guía Sexual el respeto que le merece la inteligencia de los ciudadanos de esa comunidad. En eso, como en tantos campos, la región parece anclada en al caciquismo y en la dialéctica señorito-criado. El peón que, en el pasado, se quitaba la gorrilla servilmente ante el jinete ha dado paso a los escolares convertidos en carne de adoctrinamiento y corrupción, y en medio una masa acrítica, adormecida a golpe de subsidio del PER, que sostiene electoralmente al PSOE porque de ello dependen los garbanzos.

Resultado: una región social y económicamente devastada (1,2 millones de personas mano sobre mano); y una Administración secuestrada por una tupida red de clientelismo político. Cierto que por primera vez en tres décadas se atisban esperanzas de cambio. Porque la Justicia investiga el escándalo de los ERE fraudulentos o los trapos sucios de la familia Chaves y porque, en el terreno político, los sondeos reflejan el hartazgo de la ciudadanía ante los socialistas. Pero en el Parlamento, el PSOE e IU ya se han encargado de abrir un airbag sanitario para evitar la reprobación de Chaves. Y, como publica hoy LA GACETA, la Junta pone palos en la rueda de la Justicia, al enviar miles de documentos inútiles a la juez Alaya para bloquear la investigación de los ERE.

En ese contexto, resulta sarcástico que tres consejerías del Gobierno se dediquen al adoctrinamiento sexual de adolescentes, en una política de tierra quemada, marca de la casa, llevando a niveles neuróticos la ingeniería social. Se da así la paradoja de que la misma Junta de Griñán que persigue al dueño de un asador por fumar impone en los centros públicos la pornografía como material escolar.

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