El descrédito de Zapatero lo aboca a un adelanto electoral en octubre

A pesar de que José Luis Rodríguez Zapatero mantiene que para el PSOE solo han cambiado «las circunstancias» políticas, no la confianza de los españoles en él —eso dijo ayer en la sesión de control del Congreso—, lo cierto es que la plana mayor del socialismo ya se prepara para un adelanto electoral en el mes de octubre, según confiaron ayer a ABC fuentes próximas a la cúpula del Gobierno y del PSOE.

En la últimas horas, bien porque Zapatero así lo crea, bien porque tiene que mantener esa tesis hasta el último minuto antes de disolver las Cortes y convocar los comicios, el jefe del Ejecutivo está tratando de expresar a su entorno que el sábado, en el Comité Federal, logrará desactivar el golpe de mano de los barones afines a Alfredo Pérez Rubalcaba para defenestrarle de la secretaría general.

Sin embargo, el agotamiento de su proyecto y la irreversible escenificación de una guerra interna por el liderazgo del partido, que a estas alturas difícilmente podrá ser pacificada con éxito, le están moviendo a plantearse seriamente no agotar la legislatura. «Existe un noventa por ciento de probabilidades de que las elecciones sean adelantadas a octubre», admiten las fuentes consultadas por ABC. De hecho, el pulso de los barones rebeldes liderados por el lendakari Patxi López se endureció ayer después de que Zapatero anunciase que mantiene intacta su pretensión de convocar elecciones primarias y no un congreso extraordinario, y de que a renglón seguido los socialistas vascos, en un comunicado oficial, reafirmaran su frontal oposición a las directrices del presidente del Gobierno.

Aceptar un «trágala»

Sólo una hipotética marcha atrás de los barones rebeldes y el acatamiento interno de una autoridad que ha dejado de tener en el PSOE, permitirían a Zapatero cumplir su objetivo personal de agotar la legislatura y alcanzar marzo de 2012 al frente de la secretaría general del partido. Pero los acontecimientos en Moncloa, en Ferraz y en las distintas federaciones del partido se agolpan con inusitada rapidez.