Algunos de los casos de fibrosis pulmonar que son clasificados como idiopáticos podrían estar causados por la exposición baja pero recurrente a determinados agentes, como las plumas de ave presentes en edredones y almohadas, según sugiere un estudio aún inédito.
La exposición baja pero recurrente a determinados agentes, como las plumas de ave presentes en los edredones y las almohadas, podría estar detrás de muchos de los casos de fibrosis pulmonar que hasta ahora se consideran de origen desconocido, según sugieren los resultados preliminares de un estudio, aún inédito, dirigido por Ferran Morell, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Valle de Hebrón y responsable del XIV Curso de Patología Ocupacional Respiratoria, que se celebra estos días en Barcelona.
El trabajo, en el que también ha colaborado la investigadora Ana Villar, se ha realizado a partir de datos de 360 pacientes con enfermedad pulmonar intersticial, de los cuales 60 tenían el diagnóstico de fibrosis pulmonar idiopática y en 19 de ellos se encontró evidencia de que el proceso patológico estaba asociado a la exposición baja pero repetida de este agente. Por ejemplo, en algunos de los casos se trataba de contacto indirecto con el pájaro de un vecino o simplemente por estar en una zona con afluencia de parvadas de estorninos.
Morell ha explicado a Diario Médico que estos hallazgos refuerzan la hipótesis de que algunos pacientes desarrollan fibrosis pulmonar como consecuencia de un proceso de neumonitis por hipersensibilidad a las plumas de las aves. Previamente se habían reportado un puñado de casos en Japón y otro más en Holanda en esta misma dirección.
¿Por qué las plumas?
De todos los agentes posibles a los que pueden haber estado expuestos los pacientes analizados, apuntar a las plumas de ave podría parecer un poco arriesgado. El primer paso rumbo al diagnóstico consiste en realizar una historia clínica exhaustiva, lo que aún ofrece un abanico de posibilidades muy amplio.
A partir de los datos que ha recogido Morell en su consulta, hasta un 30 por ciento del total de los pacientes con patologías respiratorias usan algún edredón o almohada con este relleno. Según una encuesta realizada entre trabajadores sanos de este hospital, la cifra se eleva hasta el 70 por ciento.
Por ello, para detectar la hipersensibilidad a dicho agente los científicos han buscado los anticuerpos específicos por medio de analíticas, seguidas de otros exámenes como la tomografía computarizada de alta resolución, el lavado broncoalveolar, la fibroscopia y la prueba de provocación. En los casos de duda incluso se puede realizar una biopsia pulmonar quirúrgica.
La fibrosis pulmonar se asocia con mal pronóstico y un alto índice de mortalidad, por lo que están en marcha diversos estudios que buscan fármacos encaminados a detener el proceso.
Otra línea de investigación se centra en tratar de identificar las causas de esta patología, objetivo para el cual este grupo de investigación ha recibido una beca predoctoral FIS.
La exposición baja pero recurrente a determinados agentes, como las plumas de ave presentes en los edredones y las almohadas, podría estar detrás de muchos de los casos de fibrosis pulmonar que hasta ahora se consideran de origen desconocido, según sugieren los resultados preliminares de un estudio, aún inédito, dirigido por Ferran Morell, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Valle de Hebrón y responsable del XIV Curso de Patología Ocupacional Respiratoria, que se celebra estos días en Barcelona.
El trabajo, en el que también ha colaborado la investigadora Ana Villar, se ha realizado a partir de datos de 360 pacientes con enfermedad pulmonar intersticial, de los cuales 60 tenían el diagnóstico de fibrosis pulmonar idiopática y en 19 de ellos se encontró evidencia de que el proceso patológico estaba asociado a la exposición baja pero repetida de este agente. Por ejemplo, en algunos de los casos se trataba de contacto indirecto con el pájaro de un vecino o simplemente por estar en una zona con afluencia de parvadas de estorninos.
Morell ha explicado a Diario Médico que estos hallazgos refuerzan la hipótesis de que algunos pacientes desarrollan fibrosis pulmonar como consecuencia de un proceso de neumonitis por hipersensibilidad a las plumas de las aves. Previamente se habían reportado un puñado de casos en Japón y otro más en Holanda en esta misma dirección.
¿Por qué las plumas?
De todos los agentes posibles a los que pueden haber estado expuestos los pacientes analizados, apuntar a las plumas de ave podría parecer un poco arriesgado. El primer paso rumbo al diagnóstico consiste en realizar una historia clínica exhaustiva, lo que aún ofrece un abanico de posibilidades muy amplio.
A partir de los datos que ha recogido Morell en su consulta, hasta un 30 por ciento del total de los pacientes con patologías respiratorias usan algún edredón o almohada con este relleno. Según una encuesta realizada entre trabajadores sanos de este hospital, la cifra se eleva hasta el 70 por ciento.
Por ello, para detectar la hipersensibilidad a dicho agente los científicos han buscado los anticuerpos específicos por medio de analíticas, seguidas de otros exámenes como la tomografía computarizada de alta resolución, el lavado broncoalveolar, la fibroscopia y la prueba de provocación. En los casos de duda incluso se puede realizar una biopsia pulmonar quirúrgica.
La fibrosis pulmonar se asocia con mal pronóstico y un alto índice de mortalidad, por lo que están en marcha diversos estudios que buscan fármacos encaminados a detener el proceso.
Otra línea de investigación se centra en tratar de identificar las causas de esta patología, objetivo para el cual este grupo de investigación ha recibido una beca predoctoral FIS.
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