Estos datos fueron aportados por un grupo de especialistas con motivo de la celebración del Día Mundial de la Migraña que tiene lugar este domingo 12 de septiembre.
Como bien indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la migraña es una enfermedad altamente discapacitante, a tal punto que la califica como la 12º causa de discapacidad en las féminas, y la 19º en total.
Ante estas circunstancias, los expertos vienen reclamando desde hace tiempo mayores inversiones para la investigación: “La inversión realizada en investigación y desarrollo sobre la migraña en todo el mundo ha venido siendo ridícula, en comparación a la registrada en favor de otras enfermedades neurológicas”, aseguró Juanjo Duelo, director general de DR Healthcare -laboratorio español especializado en la investigación y tratamiento de esta afección-.
“Esto, unido a otros factores, provoca que, al contrario de lo que cabría esperar, la prevalencia de la migraña en la población haya aumentado en torno a dos puntos en la última década, siendo éste un fenómeno que se cumple de igual modo en un continente que otro, llegando a situarse en la actualidad en un 16 por ciento“, añadió.
Según Duelo, es ésta una enfermedad “mal tratada”, y abordada con “evidente ineficacia”.
El origen de la migraña es multifactorial: se la puede vincular con desórdenes hormonales, no obstante, las recientes investigaciones apuntan más a que el factor más importante tiene un origen alimentario y, posiblemente, genético.
“Más concretamente ahora sabemos que el origen está en una deficiencia enzimática. Tal vez en este sentido, sí pueda haber contribuido también las intolerancias, especialmente debido a que muchos de los medicamentos comúnmente usados en el tratamiento de la migraña, inhiben precisamente la enzima cuyo déficit ahora sabemos es causa de migraña”, explicó Duelo.
Entre las diferencias más significativas de una migraña con respecto a una cefalea o dolor de cabeza común destaca que cada crisis puede durar entre 4 y 72 horas, y que el dolor se localiza en uno a ambos lados de la cabeza. Asimismo, suele presentarse con náuseas, vómitos, fotofobia y fonofobia.
Aunque no existan soluciones “caseras”, los expertos recomiendan que para evitar que se produzca la crisis, cuando el migrañoso intuye que se avecina una recurra a consumir alimentos muy salados, ejerza compresión continuada sobre las arterias temporales superficiales, a la altura de las sienes, y y que busque la relajación en un ambiente oscuro y silencioso.
Asimismo, Duelo ha recomendado, y con énfasis, evitar el ejercicio físico ya que “no solo no previene la migraña, sino que puede desencadenarla o agravar la intensidad de las crisis”.
Finalmente, el especialista advirtió que los analgésicos producen “efecto rebote“, ya que inhiben o bloquean la acción de la enzima DAO, la más destacada en la metabolización de la histamina, molécula causante de la migraña.
De aquí que “muchos medicamentos pueden paliar el dolor pero al inhibir la actividad DAO, acaban generando más frecuencia e intensidad del dolor en las crisis, que se ha venido llamando efecto rebote”, aseveró Duelo.
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