¿Podéis imaginar lo que sería despertaros una mañana de un día cualquiera y daros cuenta que, de repente, sois capaces de recordar con precisión fotográfica hasta los detalles más insignificantes de absolutamente todos los días de vuestra vida? Si esto os llega a suceder, vuestro diagnóstico es: Hipertimesia.
Son muy pocos los casos conocidos de personas con síndrome hipertiméstico y muchos menos los estudiados a fondo. Hoy por hoy, se desconoce el proceso cerebral que, con un click, hace que todos esos recuerdos almacenados en los sótanos de nuestra mente y que pensábamos olvidados, afloren de nuevo de forma ordenada para convertirse en una peculiar enciclopedia autobiográfica.
La gente que padece hipertimesia es capaz de recordar todos los detalles de su vida con total precisión. Pueden recordar sin margen de error que tiempo hizo en día determinado, que ropa llevaban, que hicieron, que vieron en las noticias o que leyeron en un diario.
En un principio, y sin recapacitarlo mucho, la mayoría podemos pensar que la hipertimesia, más que una enfermedad, podría ser un don y que no nos importaría tener esa supermemoria, pero con el tiempo, los recuerdos de estos afectados se convierten en un gran peso ya que no tan solo afloran los recuerdos sin importancia, sino que también lo hacen los más dolorosos, para permanecer frescos en sus mentes a toda hora del día. El ser poseedores sin quererlo de ese archivo inesperado, les hace ocupar una gran parte de su tiempo en rememorarlo de forma constante, mermando considerablemente las tareas cotidianas de sus vidas, como el trabajo o la familia.
Son muy pocos los casos conocidos de personas con síndrome hipertiméstico y muchos menos los estudiados a fondo. Hoy por hoy, se desconoce el proceso cerebral que, con un click, hace que todos esos recuerdos almacenados en los sótanos de nuestra mente y que pensábamos olvidados, afloren de nuevo de forma ordenada para convertirse en una peculiar enciclopedia autobiográfica.
La gente que padece hipertimesia es capaz de recordar todos los detalles de su vida con total precisión. Pueden recordar sin margen de error que tiempo hizo en día determinado, que ropa llevaban, que hicieron, que vieron en las noticias o que leyeron en un diario.
En un principio, y sin recapacitarlo mucho, la mayoría podemos pensar que la hipertimesia, más que una enfermedad, podría ser un don y que no nos importaría tener esa supermemoria, pero con el tiempo, los recuerdos de estos afectados se convierten en un gran peso ya que no tan solo afloran los recuerdos sin importancia, sino que también lo hacen los más dolorosos, para permanecer frescos en sus mentes a toda hora del día. El ser poseedores sin quererlo de ese archivo inesperado, les hace ocupar una gran parte de su tiempo en rememorarlo de forma constante, mermando considerablemente las tareas cotidianas de sus vidas, como el trabajo o la familia.
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