Un estudio de la Universidad de Stanford publicado esta semana en "The Journal of the National Cancer Institute" confirma que las mamografías realizadas a mujeres de 40 años son menos efectivas para detectar tumores. Esta evidencia se constata porque en las pacientes el tumor tiene una menor detectabilidad, en ningún caso porque los tumores crezcan más rápido.
Los resultados de las mamografías, medidos en términos de tamaño del tumor detectados, tiempo de vida ganado y mortalidad, han sido siempre más bajos en mujeres de 40 años, frente a las de 50. Esto se debía, en parte, a que los tumores de las más jóvenes tienden a crecer más rápido, por lo que en el momento en el que alcanzan un tamaño detectable, tenían más posibilidades de detectarse ya en un examen rutinario. Además, las más jóvenes tienden también a tener un tejido mamario más denso, que puede esconder los tumores y reducir su detectabilidad en las mamografías.
Los investigadores, dirigidos por Sylvia K. Plevritis, del Departamento de Radiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, se propusieron averiguar qué factores -si la mayor rapidez de crecimiento tumoral o la reducción de detectabilidad mamográfica- contribuían a empeorar los resultados de la mamografía en las mujeres más jóvenes. Para ello, utilizaron el simulador de "screening" de cáncer de mama y crearon escenarios hipotéticos a través de los que poder estimar el tamaño medio de un tumor detectable en una mamografía y el significado de las tasas de crecimiento tumoral en mujeres entre los 40 y 49 años y entre los 50 y los 69.
Los científicos concluyeron tras este trabajo que la menor detectabilidad del tumor mamográfico estaba presente en el 79% de las participantes del estudio. Además, un volumen tumoral más rápido doblaba el tiempo para el 21% de las sensibilidades más pobres en el "screening" mamográfico entre las mujeres más jóvenes, en comparación con las de mayor edad.
Avicena o Ibn Siná (como fue llamado en persa y en árabe) nació en el año 980 en Afshana (provincia de Jorasán, actualmente en Uzbekistán). Cuando tan sólo contaba con 17 años ya gozaba de fama como médico por salvar la vida del emir Nuh ibn Mansur. Puede ser considerado el inventor de la traqueotomía, cuyo manual operatorio sería precisado por el célebre cirujano árabe Abū el-Kasis de Córdoba. Libros: El canon de medicina, El libro de la curación, Poema de la medicina
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