domingo, 22 de agosto de 2010

Mitos y realidades del llamado “Punto G “masculino

Ante el descubrimiento y difusión del punto g femenino y la apertura de algunos temas que se consideraban hasta hace algunos años como tabú, se empezó a mencionar que también el hombre en su organismo se encontraba un supuesto punto g

¿Por qué se habla ahora sobre el punto g masculino?







Ante el descubrimiento y difusión del punto g femenino y la apertura de algunos temas que se consideraban hasta hace algunos años como tabú, se empezó a mencionar que también el hombre en su organismo se encontraba un supuesto punto g.


Debo recalcar que en una sociedad como la nuestra, es difícil aceptar que las mujeres puedan obtener mayor placer, o que su capacidad sexual se pueda extender más allá de un orgasmo o que pueda simplemente eyacular como el hombre. Así, cuando se dio a conocer la noticia de que las mujeres tenían un punto que al ser estimulado podían alcanzar fácilmente el orgasmo una o varias veces y que permitía el que se presentara la eyaculación, casi de inmediato hubo una respuesta masculina que lo ponía a la par con la mujer en cuanto al nivel de disfrute sexual.


¿Entonces, que es el punto g masculino?


La realidad es que, a diferencia del punto g femenino, que es una concentración nerviosa ubicada en el primer tercio de la vagina, el punto g masculino se refiere a un órgano glandular que es parte del aparato genitourinario, tiene forma de castaña, y se encuentra localizada enfrente del recto, debajo y a la salida de la vejiga urinaria, contiene células que producen parte del líquido seminal que protege y nutre a los espermatozoides contenidos en el semen. Además esta glándula aporta: un Antígeno específico, Ácido cítrico, Fibrinógeno, Espermita, Zinc, de propiedades bactericidas, Magnesio, da un aspecto lechoso al semen, Enzimas: Fosfatasas ácidas, Fibrinolisína Transglutaminasa, Otras. Esta glándula se llama Próstata.


Encontramos entonces que, esta glándula si se estimula puede producir placer y sensaciones que pueden llevar al hombre a experimentar una forma diferente de eyaculación.


Cuando el hombre estimula su pene de forma directa ya sea manual o por penetración vaginal o anal, al llegar su respuesta sexual a la fase eyaculatoria, la salida del semen no es continua, es espasmódica. En el caso de la estimulación de la glándula prostática, la emisión que resulta es denominada de “fuente”, se desborda por el orificio uretral de forma continua. Eso es lo que crea una diferencia entre una y otra eyaculación. La sensación placentera se muestra diferente.

Este tipo de emisiones es conocido por los médicos que realizan el examen rectal y al palpar la próstata con el dedo se producen eyaculaciones espontáneas. Puede ser que si el hombre desconoce su cuerpo, se sienta avergonzado por haber eyaculado involuntariamente. Esa es una de las causales que limitan a los hombres a realizarse la exploración de la próstata. Cuando esto sucede se debe tener en cuenta que es simplemente un acto médico que puede producir una reacción natural.
¿Es recomendable la estimulación de esta glándula?



Si bien es cierto que no perjudica ni orgánicamente ni psicológicamente, ni sexualmente, es necesario puntualizar que para muchos hombres el tema de la penetración anal se puede volver un tanto “escabroso” ya que consideran que pueden poner en duda su masculinidad. Hay que recordar que fueron muchas décadas en donde se hablaba de que solamente los homosexuales permitían ser tocados por la vía anal.


Claro que el tema de los acercamientos físicos entre varones han tenido desde hace muchas décadas una doble moral; si bien es cierto que los hombres tienen serios prejuicios hasta para recibir un beso en la mejilla de parte de otro varón aun cuando este sea su hijo, estos mismos no tienen empacho alguno, cuando están jugando un partido de futbol y anotan un gol, no solamente se abrazan sino que se dan de besos y se agarran las nalgas unos a otros; y que decir de aquellos que inhiben sus mas fuertes temores, prejuicios y creencias al estar alcoholizados y estar tan juntos de su queridísimo “compadrito” que muchas veces terminan casi besándose; o como otros que terminan la parranda contratando los servicios de alguna sexo servidora y que a la mañana siguiente se justifican diciendo que “no se dieron cuenta” pero que pasaron la noche con un sexo servidor. Debido a esta doble moral, es que la práctica de la estimulación de la próstata empieza a tener sus mitos que van desde que ésta puede causar cáncer, que puede gustar tanto que después ya no te agradará tener relaciones sexuales de otra forma, o que puedes convertirte en homosexual. Estas y un sinnúmero de sandeces se filtran en nuestra sociedad para tratar de infundir miedo entre aquellos que buscan descubrir su potencial sexual.


La estimulación de la próstata puede ser parte de la exploración personal y de la pareja, permite romper con tabúes y mitos, le proporciona al hombre diferentes posibilidades, entre ellas el entender perfectamente la sensación de una penetración y con ello comprender a la mujer. La mujer que también puede tener ideas equívocas con respecto a la penetración anal, por considerarlo un acto sucio o impuro, le proporciona una visión desde otra perspectiva que es la de ser quien penetre. Hay que recordar que el acto sexual es un acto íntimo en donde el individuo expone sus áreas vulnerables con el fin de dar y recibir placer.


El punto g masculino se refiere a un órgano glandular que es parte del aparato genitourinario,


¿Existe alguna forma correcta para estimular la próstata?


Bien, sobre todo para aquellos que son primerizos y que realmente el hombre está seguro de que quiere hacerlo, van aquí las siguientes recomendaciones recomendaciones:


Ante todo primero se debe hacer un adecuado aseo de la zona anal.


De preferencia usar guantes de látex.


Utilizar mucho lubricante, éste debe ser base agua ya que la vaselina o algunas cremas su base es petrolato y puede causar irritación, el ano no lubrica, por lo que se recomienda utilizar lubricante en abundancia para no lastimar los tejidos.


La mejor postura es el hombre acostado sobre su espalda con sus piernas abiertas y flexionadas hacia arriba, con sus rodillas hacia su estómago. Otra postura recomendada para aquellos hombres que por su peso corporal les resulte incómoda esta posición, utilizar la de cuatro puntos, puede el varón descansar su torso y sus brazos en la almohada y dejar su cuarto trasero por encima separando sus rodillas para facilitar la penetración.


Se recomienda que la pareja estimule primero las zonas vecinas como las nalgas, el periné que es la porción de piel lisa que se encuentra entre los testículos y el ano y que contiene una buena cantidad de terminaciones nerviosas que producen placer sexual, los testículos, la ingle, el muslo interno y el ano por fuera, todo esto para permitir que el hombre se relaje y obtenga una mejor excitación.


Una vez hecho lo anterior se procede a acariciar por la abertura anal hasta lograr la relajación a través de la excitación.


Proceder y meter el dedo, se recomienda el dedo medio, durante este proceso, el esfínter se contrae, aproximadamente unos 30 segundos, solamente hay que tener paciencia y no apresurarse, recuerden que esto debe ser disfrutado por ambos.


Una vez que el dedo se encuentra adentro realizar el movimiento de “ven aquí”, rumbo al ombligo, seguramente que vas a sentir la glándula, recuerda que tiene la forma de una castaña.


Frota y estimula suavemente el dedo sobre toda la glándula, tanto el penetrado como quien penetra debe enfocarse a la percepción del placer.

Por último y después de algunos minutos se presentara la emisión.

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