Hoy me hago eco de una carta dirigida al Director de la DGT, leanla no tiene desperdicio la indignacion que se vive en el cuerpo, no tengo lazos con la Benemerita Institucion pero creo que somos muy pocos los españoles de bien que no nos alegremos de verlos cumplir con su deber. Un cordial saludo a todo el cuerpo.
Leo en el día de hoy las nuevas declaraciones del Director General de Tráfico, Sr. Pere Navarro, en las cuales lanza una velada amenaza a los guardias ante la evidentísima huelga de bolígrafos caídos, y que se suman a las anteriores, en las que manifestaba que un radar hacía la misma labor que diez guardias civiles.
Desde la óptica de alguien que lleva millones de kilómetros a sus espaldas, quiero hacerle las siguientes reflexiones:
-Nunca he visto a un radar poner unas cadenas en un puerto de montaña a -20º porque su conductor no podía hacerlo. A los guardias SI.
-Nunca he visto a un radar hacer filigranas en la moto para llevar agua a niños medio deshidratados y medicación a enfermos atrapados en un atasco kilométrico. A los guardias, sí.
-Nunca he visto a un radar sacar a los heridos en un accidente de un vehículo en llamas. A los guardias, sí.
-Nunca he visto a un radar jugarse la vida y a veces perderla (Simón D.E.P.) regulando el tráfico inmediatamente después de un accidente. A los guardias, sí.
-Nunca he visto a un radar interceptar a un conductor borracho que circula en dirección contraria por la autovía a toda velocidad. A los guardias, sí.
Y ya puestos, nunca he visto a un radar interceptar a nadie, ni siquiera a aquellos que han burlado a diez radares seguidos porque llevan placas falsas, robadas o simplemente no llevan. A los guardias, sí.
En fin, Sr. Navarro, si cree que va a amedrentar a los hombres y mujeres que hacen esas cosas y miran a la muerte a la cara a diario, simplemente se equivoca.
No pertenezco a la Agrupación , y no solía poner muchas denuncias de tráfico (10 ó 12 al mes), pero por lo que a mí respecta el boli no se ha caído, está hundido en el pozo de la puta miseria donde Uds. lo han mandado.
Por último, quizá un radar recaude más que diez guardias, pero seguro que un mono borracho lo hace bastante mejor que la clase política a la que Ud. pertenece.
Avicena o Ibn Siná (como fue llamado en persa y en árabe) nació en el año 980 en Afshana (provincia de Jorasán, actualmente en Uzbekistán). Cuando tan sólo contaba con 17 años ya gozaba de fama como médico por salvar la vida del emir Nuh ibn Mansur. Puede ser considerado el inventor de la traqueotomía, cuyo manual operatorio sería precisado por el célebre cirujano árabe Abū el-Kasis de Córdoba. Libros: El canon de medicina, El libro de la curación, Poema de la medicina
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