El obispo, Demetrio Fernández, perdonó el Viernes Santo a los turistas musulmanes implicados en el altercado de la Mezquita-Catedral y argumentó que "no representan a la colectividad islámica", según unas declaraciones recogidas por Canal Sur Radio. El suceso ocurrió en el interior del templo, después de que un grupo de turistas austríacos perteneciente al movimiento Juventud Musulmana se organizara para orar según el rito musulmán dentro de la Catedral, donde está prohibido, y agredieran a los vigilantes de seguridad que les llamaron la atención. Dos jóvenes fueron detenidos y quedaron en libertad con cargos tras declarar ante el Juzgado de Guardia; otros seis se encuentran imputados por estos hechos.
El Cabildo de Córdoba, responsable de la Mezquita-Catedral, analizará el próximo viernes "en profundidad" el incidente durante una reunión. Fuentes eclesiásticas consultadas lamentaron el "grave incidente" e insistieron en que se trata de un episodio "aislado". Por este motivo, el Cabildo ha descartado incrementar la seguridad en el recinto religioso y mantiene vigente el plan de vigilancia programado para la Semana Santa tal y como se concibió en un principio.
El suceso ha motivado multitud de reacciones en las últimas horas. El Ayuntamiento "condenó" el suceso y se refirió a él como un acto de "provocación que no tiene cabida" en la ciudad. El Consistorio advirtió de que acciones como ésta evidencian que sus organizadores, lejos de respetar la libertad del individuo, pretenden "imponer con la violencia y la intransigencia una forma particular de entender la religión".
El Ayuntamiento consideró necesario velar "en todo momento" por la "convivencia social" eliminado tensiones y reiteró su ofrecimiento para que Córdoba sea "sede de un encuentro internacional que analice la actual relación entre las confesiones".
El presidente de la Junta Islámica, Mansur Escudero, matizó que hechos de este tipo ocurren por una "publicidad engañosa" desde las instituciones eclesiásticas, ya que se refieren al templo cordobés como "mezquita-catedral cuando en realidad sólo es ya una catedral", motivo que, en su opinión, causa "confusión". Escudero, que también lamentó el incidente, insistió en que lo realizado por estos turistas no responde "a la forma de ser y obrar de la colectividad islámica".
La Juventud Musulmana de Austria (JMA) también pidió disculpas y lamentó los incidentes, pero criticó la "agresividad" y el "uso desproporcionado de la fuerza" por parte de la seguridad privada y la Policía española. "La seguridad privada fue muy agresiva, grosera y desproporcionada. Rezar fue un error, pero eso no justifica cómo nos trataron. A uno de los jóvenes le llegaron a decir en inglés: Esto es una guerra y te vamos a matar", explicó Alexander Osman, portavoz de la JMA y testigo.
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