martes, 12 de enero de 2010

El Duo Calavera

Por ser un tema de máxima actualidad y de interés, reproduzco un artículo de opinión publicado ayer lunes en ABC de Córdoba, por Francisco José Jurado.

ANDA el socialismo cuesta abajo. Dicen las encuestas. Caduco y vacío de ideas, la socialdemocracia (o lo que de ella quede) deambula zascandil al pairo de la ocurrencia, del desliz o disparate del gerifalte de turno. Pero nadie ha reparado en la grandiosa aportación cordobesa a la causa, que es fetén, pues dos de los principales actores del despeñadero patrio hayan aquí su solar, uno por nacimiento y otro por paracaídas. Me refiero a Montilla, don Josep de Iznájar, y a Moratinos, el más infame ministro de la cosa exterior que en España hayamos tenido; ¡¿qué habrá hecho Córdoba para que la Historia reciente la trate tan mal?!


Ambos son protagonistas clave del dislate en que vivimos, pues el subbético charnego-nalista acaba de plantear un ultimátum a España instando a la rebelión en su «Catalunya nova nació» si el TC recorta el Estatut. Éste Montilla es el mismo que, cuando accedió a la Generalitat, el PSOE local agasajó con medallitas y nombramientos de hijo predilecto de su pueblo. ¿Pueblo o nación? Freedom for Iznajar. ¿Se lo van a quitar ahora que es un desafecto? Porque lo que el honorable Montilla propugna se llama insumisión. Y eso es delito, ¿o no, si mantienes a ZP con tus 21 escaños? Moratinos completa el dúo «made in Córdoba». Ha triturado en cinco años el prestigio nacional allende nuestras fronteras; ha cedido cobardemente en el Sáhara y en el Peñón; ha modificado al albur de sus desquiciados parámetros políticos el rumbo de la diplomacia española, amigándonos con tiranos y dictadores de la peor calaña. De hecho, la prensa americana y los Departamentos de Exterior e Interior de los USA lo califican como «el hombre de Castro en Europa», como un agente castrista. Tan es así que incluso ZP ha debido frenarle en su entusiasmo por el truhán de La Habana. Pues ese es nuestro hombre en el Parlamento, diputado provincial al que postularon como alcaldable; ¿pero qué habrá hecho Córdoba para que la traten tan mal? Máxime cuando Moratinos ha vinculado el nombre de nuestra ciudad a una de sus peores infamias: la firma del tratado que casi reconoce y otorga soberanía a Gibraltar.

Que no se diga, pues. El socialismo en Córdoba no rasca bola, pero aporta su granito de arena al disparate orquestado por Mr. Bean. Interior y Exterior, ambos flancos.

Pero ni el famoso cómico inglés nos hará sonreír cuando el desaguisado sea tan incomestible que no sepamos cómo hacer la digestión. Lo de estos tipos, tantísimos Montillas y tontísimos Moratinos, toma rumbo peligroso y no hay quien lo enderece. ¡Qué grima dan!

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