Elena Salgado recibió ayer palos desde todas las demarcaciones. La derecha y la izquierda fusitigaron sin piedad los absurdos Presupuestos de Zapatero. Con la excepción del PNV y Coalición Canaria, el resto de los partidos han arremetido duramente contra el Gobierno y lo acusan de haber fracasado ante la crisis y el paro. De esto se hacen eco hoy columnas y editoriales llamando la atención sobre la falta de tablas de Salgado y el ninguneo de Rajoy, pasando de ella y culpando directamente a Zapatero de la falta de respuestas y el tancredismo del Gobierno.David Gistau lo ha señalado en su columna en el El Mundo:
Elena Salgado ya puede tener una enorme capacidad técnica que funcione en la soledad de su despacho, porque como parlamentaria es un desastre balbuciente de tal calibre que a Rajoy no le quedó más remedio que apiadarse de ella
El columnista pone énfasis en que Salgado dio sensación de soledad y vulnerabilidad:
Con la voz rota, superada por la bullanga popular desde que se le ocurrió llamar «previsible» a Rajoy -¿hay otro adjetivo con el que le guste más a Rajoy saberse relacionado por comparación con el aventurerismo de Zetapé?-, Salgado no defendió más que con banalidades susurradas
El Mundo también sacude a Salgado en su editorial:
Elena Salgado perdió el debate no porque estuviera mal en sus intervenciones sino porque la desastrosa política económica del Gobierno es indefendible y estos Presupuestos aún la van a empeorar.
Ni siquiera El País le ha perdonado la vida a la ministra (qué tiempos cuando Salgado se daba el lujo de disctar sus propios editoriales a El País) ante unos presupuestos que tacha de "Cuentas defensivas":
Los Presupuestos para 2010 no apuntalan la recuperación económica. Por el contrario, el recorte en las partidas destinadas a la inversión en infraestructuras, obligado por la exigencia de cuadrar unas cuentas con un déficit presentable -a pesar de lo cual se prevé que llegue al 5,3% del PIB- permite vaticinar que el capital público no será un incentivo al crecimiento durante el año próximo.
Antonio Pérez Henares también destaca la falta de fuerza dialéctica de la ministra en Negocio:
Elena Salgado salió a hacer de Solbes pero ni siquiera hizo de Salgado. Aquello sonó muy pronto a una de esas actuaciones en las que el ventrílocuo habla por boca del muñeco. El muñeco era la Salgado y el que le movía la boca Zapatero. Rajoy lo interpretó muy bien y se cebó en ello. Su réplica lo fue a un silente presidente que contemplaba el vapuleo a su ministra y que aparentaba sonreír como aparentaba la bancada socialista.
PARA COSPEDAL SUS ARGUMENTOS FUERON 'BURDOS'
"Los argumentos de Elena Salgado fueron muy burdos, no eran propios de una vicepresidenta". Esa es la opinión que le merece a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, la presentación que ayer realizó la vicepresidenta económica de los Presupuestos Generales del Estado.
Para de Cospedal, Rajoy "estuvo muy correcto", porque según su opinión, de haber sido más agresivo, al ser él un hombre, hubiera quedado como cuando "un chico le pega a una chica en el colegio". Rajoy "se esforzó para no ser agresivo", concluyó.
Elena Salgado ya puede tener una enorme capacidad técnica que funcione en la soledad de su despacho, porque como parlamentaria es un desastre balbuciente de tal calibre que a Rajoy no le quedó más remedio que apiadarse de ella
El columnista pone énfasis en que Salgado dio sensación de soledad y vulnerabilidad:
Con la voz rota, superada por la bullanga popular desde que se le ocurrió llamar «previsible» a Rajoy -¿hay otro adjetivo con el que le guste más a Rajoy saberse relacionado por comparación con el aventurerismo de Zetapé?-, Salgado no defendió más que con banalidades susurradas
El Mundo también sacude a Salgado en su editorial:
Elena Salgado perdió el debate no porque estuviera mal en sus intervenciones sino porque la desastrosa política económica del Gobierno es indefendible y estos Presupuestos aún la van a empeorar.
Ni siquiera El País le ha perdonado la vida a la ministra (qué tiempos cuando Salgado se daba el lujo de disctar sus propios editoriales a El País) ante unos presupuestos que tacha de "Cuentas defensivas":
Los Presupuestos para 2010 no apuntalan la recuperación económica. Por el contrario, el recorte en las partidas destinadas a la inversión en infraestructuras, obligado por la exigencia de cuadrar unas cuentas con un déficit presentable -a pesar de lo cual se prevé que llegue al 5,3% del PIB- permite vaticinar que el capital público no será un incentivo al crecimiento durante el año próximo.
Antonio Pérez Henares también destaca la falta de fuerza dialéctica de la ministra en Negocio:
Elena Salgado salió a hacer de Solbes pero ni siquiera hizo de Salgado. Aquello sonó muy pronto a una de esas actuaciones en las que el ventrílocuo habla por boca del muñeco. El muñeco era la Salgado y el que le movía la boca Zapatero. Rajoy lo interpretó muy bien y se cebó en ello. Su réplica lo fue a un silente presidente que contemplaba el vapuleo a su ministra y que aparentaba sonreír como aparentaba la bancada socialista.
PARA COSPEDAL SUS ARGUMENTOS FUERON 'BURDOS'
"Los argumentos de Elena Salgado fueron muy burdos, no eran propios de una vicepresidenta". Esa es la opinión que le merece a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, la presentación que ayer realizó la vicepresidenta económica de los Presupuestos Generales del Estado.
Para de Cospedal, Rajoy "estuvo muy correcto", porque según su opinión, de haber sido más agresivo, al ser él un hombre, hubiera quedado como cuando "un chico le pega a una chica en el colegio". Rajoy "se esforzó para no ser agresivo", concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario