viernes, 4 de septiembre de 2009

NO BAJEMOS LOS BRAZOS

Nadie ha dicho que vivir en la actual sociedad sea fácil ni sencillo, pero tampoco podemos asumir como normales ciertos roles o criterios. Las nuevas generaciones están asumiendo como hechos normales y preestablecidos que alguien se enriquezca de forma ilícita o que ciertos políticos solo miren por sus intereses personales bajo una ambición desmedida basada en el poder a costa de cualquier cosa, o que los operadores telefónicos nos cobren más de lo pactado, y así un largo etcétera.
No podemos bajar los brazos y caer en la indiferencia porque, nos guste o no, la política está en todos los rincones de la sociedad y es la única manera de poder cambiar lo que realmente nos incomoda o nos irrita. Pero para conseguir un cambio necesitamos reivindicarlo y no pensar que ya vendrá alguien con más ganas que nosotros que solucione esa papeleta. No es ético quejarnos de todo y no perder nuestro tiempo en hacer el máximo esfuerzo para invertir esas situaciones.
Muchos dicen que todos los políticos son "iguales", de esa forma nos evitamos la ardua labor de pensar qué propuestas realiza uno u otro, pero sobretodo así eliminamos de nuestra cabeza la idea de elegir una opción u otra para no hacer uso cada cuatro años de nuestro derecho a votar pensando que ya está todo inventado. Es cierto que hay una gran dejadez fomentada por algunos de nuestros políticos o algunas de nuestras instituciones que en ciertos casos no están a la altura de la circunstancia, manchando el nombre de todos los colegas de profesión, porque lo que esta claro es que es tan culpable quien prevarica como quien no lo denuncia mirando hacia otro lado. Porque nos guste o no, estamos en la era de las nuevas tecnologías, por lo tanto, cada día tenemos más fuentes de información donde poder informarnos y así evaluar sus acciones y movimientos. Son muchos jóvenes los que ven con desgana la actual situación a pesar de estar sufriendo una brutal crisis económica, que como toda crisis, incide más en aquellas personas que tienen menos.
Los jóvenes quieren y exigen un futuro próspero basado en la confianza y en la transparencia, porque cuanto más transparente es la gestión más confianza genera en los ciudadanos y ciudadanas. No entendemos que, en pleno cambio climático, se abra un debate principal sobre donde irán los molinos eólicos, y no se debata de lo realmente importante, de como afrontar el cambio energético en los próximos años, dando propuestas y alternativas basadas en la opinión de los expertos, sin importar el color político. Es incuestionable que queremos un futuro basado en energías sostenibles y renovables, eliminar la actual contaminación insostenible, dejar de explotar a los países subdesarrollados y ajustarnos al tratado de Kioto sin reparos, alejándonos de los intereses económicos que frenan los avances y las alianzas y, por supuesto, alejándonos de los intereses políticos en busca del poder.
No entendemos como se puede anteponer el dinero y el poder al futuro de nuestros hijos e hijas, reduciendo nuestro campo de visión al presente y no ampliándolo pensando en el futuro. No entendemos como después de estudiar unas oposiciones durante años, en las que tienes que superar en algunos casos unas duras pruebas físicas, aprobar diferentes tests psicotécnicos, estudiar diferentes temas, etc. alguien te puede suspender en la "entrevista personal". Estoy seguro que se sigue un criterio, criterio que muchos de los suspendidos nunca llegan a entender porque nadie se lo ha comunicado. Después de preparar durante años unas oposiciones sacrificando gran parte de su tiempo y dinero, alguien decide que "no es apto".
No entendemos qué criterios se aplican, pero mucho menos entendemos por qué la "entrevista personal" se realiza al final de la realización de todas las pruebas. Creo que nos evitaríamos muchos quebraderos de cabeza si la entrevista personal se realizara al principio de todas las pruebas, porque el que no valga aplicando "ese" criterio, no perderá años de su vida intentando aprobar unas oposiciones que de antemano ya las tiene suspensas. La realidad te dicta que de esta forma se aseguran una inversión económica por parte del opositor (tasas, academias,…), además de dar la potestad a alguien de poder aprobar o suspender en función de algún interés. No entendemos como aquellos empresarios constructores que ayer se enriquecían a costa de los de siempre, aquellos que te miraban por encima del hombro y no les importaba las explicaciones que les transmitías de como podías financiar el hogar que ibas a adquirir, aquellos que no querían la intervención del estado y sí la liberalización del mercado, son los mismo que ahora piden ayudas al estado. No lo entendemos. No entendemos como las empresas privadas de trabajo temporal son más eficaces y eficientes que el servicio público de empleo.
Es duro estar en la cola del INEM y continua siendo duro que quien te atienda no tenga la sensibilidad suficiente para tener un trato correcto y educado. Y sigue siendo duro ver que empresas privadas dedicadas al trabajo temporal se llevan el gato al agua por delante del servicio público, fomentando como su propio nombre indica el “trabajo temporal". Pero aún fomentando el trabajo temporal, el Estado debe de optimizar su propia estructura, regulando y gestionando sus recursos de forma productiva. Y así una larga lista.

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