El País no le da tregua a Zapatero. Cebrián le ha puesto en la mira por afearle con la TDT de pago y ha jurado vengarse de un "debilitado y confuso" jefe de filas socialista, a quien critica por "puentear y desatorizar a sus ministros". El editorial fustiga a un ZP que se desliza "por la pendiente" y al que sus improvisaciones "comienzan a pasarle factura".
La debacle económica comienza a mostrar en las encuestas el desapego de sectores cada vez más amplios de votantes socialistas, "desencantados con los titubeos y las contradicciones en asuntos particularmente sensibles para la izquierda", según el diario de Prisa.
Si el Gobierno que preside Zapatero desea alejarse de la pendiente por la que se está precipitando y asegurar su continuidad, y, lo que es más importante, liderar la recuperación económica y no la marcha hacia el abismo, es preciso un cambio.
A estas alturas queda claro que los apoyos mediáticos de Zapatero van perdiendo fuelle. Su apuesta por Mediapro -una nave mediática hecha a su medida, sin reminiscencias felipistas como el diario de Cebrián- deja demasiados frentes abiertos con la que está cayendo en materia económica. La debilidad del grupo mediático zapateril es palpable. Tanto como la furia de Prisa por ajustar cuentas pendientes con ZP.
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