lunes, 1 de junio de 2009

ZP se va de mítines en Falcon mientras la Reina se pasa a Ryanair


Los viajes de ZP a mítines del PSOE en avión militar Falcon están centrando la campaña electoral a las elecciones europeas. Los socialistas se defienden diciendo que los anteriores presidentes del Gobierno también los utilizaban, aunque el PP lo niega. En medio de este rifirrafe, Alfonso Ussía desvela un dato que viene al dedo: la Reina Sofía viaja a Londres a ver a su hermano en la compañía de bajo coste Ryanair. Un ejemplo.
El uso de los aviones militares para desplazarse a los mítines de los partidos está siendo el debate central para estas europeas. Al hilo, el columnista de La Razón Alfonso Ussía, cercano a la Familia Real, desvela un dato que viene al hilo:
La Reina también utiliza aviones, y mucho más grandes que los «Phantom». El pasado viernes, operaban del corazón al Rey Constantino de Grecia, en Londres. Y se le ofreció, como es natural, un «Phantom» para que estuviera al lado de su hermano.
El sábado, la Reina voló a Madrid para acompañar al Rey al acto del Día de las Fuerzas Armadas en Santander. Y lo hizo en otro avión bastante grande. Finalizado el acto del domingo en la capital de La Montaña, el Rey volvió a Madrid, y la Reina, en otro avión grandísimo, se desplazó desde el aeropuerto santanderino de Parayas hasta Londres, para estar junto a su hermano en momentos tan difíciles. Le ofrecieron para todos los vuelos, como es de cortesía, el uso de los «Phantom», pero la Reina consideró que sus desplazamientos entraban en el ámbito de lo privado, y que en tiempos de crisis económica, no era conveniente tirar de derechos y privilegios.
Y cuenta Ussía en La Razón:
Por otra parte, de haberlo hecho, nadie se hubiera enterado, y de saberlo, a nadie le habría parecido una extralimitación o un abuso. La Reina voló en aviones muy grandes. De Madrid a Londres y de Londres a Madrid, en unos aparatos en los que caben centenares de personas y muchos paquetes con zumo de naranja que terminan con el hígado de cuantos los consumen. Unos aviones de una compañía aérea llamada «Iberia» en los que compartió su trayecto con doscientas personas. Y para volar de Santander a Londres, eligió otro avión, aún más grande que los de «Iberia» de una compañía irlandesa de bajo coste que responde al nombre de «Ryanair». En esa compañía, pides agua y la cobran. No lo sé, sensibilidad, comedimiento, oportunidad o como quieran llamarlo. Pero me gusta contarlo. Y me enorgullezco al hacerlo.

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