sábado, 30 de mayo de 2009

La niña de Zapatero, una calamidad


Ni cese ni dimisión. La última pifia de Carmen Chacón ha encolerizado a medio Gobierno, ha desatado las iras de la vicepresidenta De la Vega y enfadado especialmente a la titular de Sanidad, Trinidad Jiménez. Sin embargo, la consigna del PSOE se centra en evitar que la desastrosa gestión de la ministra en torno al contagio de Gripe A en los cuarteles se cebe de nuevo con el Gobierno de Zapatero. ¿Objetivo? Evitar un nuevo caso Bermejo.
Según cuenta la revista Época, ni ella va a dimitir ni se ha pensado en ningún momento en cesarla. Que nadie entienda que éste es un nuevo caso Bermejo”. Con estas palabras explican fuentes socialistas la situación de la titular de Defensa en el seno del Gobierno, tras la que, sin duda, ha sido una de las semanas más convulsas de su paso por el ministerio.
Según las mismas fuentes del entorno gubernamental, el lamentable episodio del apagón informativo decretado por Defensa, en torno al foco de gripe A, detectado en el acuartelamiento de Hoyo, no debe achacarse tanto a la ministra como a su equipo. De hecho, las mismas fuentes socialistas aprovechan esta nueva polémica protagonizada por Chacón para cargar contra los colaboradores y asesores de la titular de Defensa, y no dudan en criticar la política de comunicación llevada a cabo por este departamento desde la llegada al mismo de Carmen Chacón, en abril de 2008.
Aunque no todo son reproches a la catalana desde las filas de su propio partido; en opinión de destacados dirigentes del PSOE, el escándalo mediático organizado en torno a los contagios que han tenido su origen en la Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra se debe, en parte, a la dureza que sólo unos horas antes de estallar el escándalo había empleado la propia Chacón con su antecesor en el cargo, Federico Trillo, a raíz de la sentencia del caso del Yak-42. Según los mismos dirigentes socialistas, la polémica obedece, por lo tanto, “a una venganza en toda regla del Partido Popular”. “Le advertimos [a Carmen Chacón] que aquellas declaraciones contra Trillo le pasarían factura”, argumentan.
El pasado 20 de mayo, el periódico digital del Grupo Intereconomía lanacion.es desveló en rigurosa exclusiva la noticia del posible contagio de gripe A en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares (Madrid), el penúltimo desastre gubernamental que, por segunda vez en el corto periodo de dos meses, tiene como protagonista a la titular del departamento de Defensa, Carmen Chacón, hasta hace muy poco, considerada algo que más que la niña de los ojos de Zapatero.
Apenas transcurridas unas semanas del incidente generado a escala internacional tras el anuncio sorpresivo de la retirada de las tropas españolas de Kosovo, la ministra catalana reaparecía en el epicentro de la polémica gubernamental.
Una polémica de la que, a diferencia de lo ocurrido con Fernández Bermejo a raíz de la cacería de Jaén, el Gobierno y el partido han decidido salvar a la catalana.
Todos contra Barroso
Sin embargo, el todos a una decretado tanto en el Ejecutivo como en el Partido Socialista, en pos de la exculpación de Chacón no impide que muchos de sus correligionarios arremetan estos días contra determinados aspectos de su gestión. Unas críticas de las que tampoco escapa el marido de la ministra, el ex secretario de Estado de Comunicación Miguel Barroso, considerado el auténtico artífice de la permanente campaña de marketing de la que se acusa a la titular de Defensa.
Como es sabido, la ministra catalana se ha blindado del acoso de los medios de comunicación hasta el punto de ofrecer dos únicas ruedas de prensa en todo este tiempo: la primera, junto a su homólogo francés, el 30 de julio de 2008, para abordar el despliegue naval contra la piratería en aguas de Somalia; la segunda, obligada por las circunstancias, tras el controvertido anuncio de la retirada de las tropas españolas de Kosovo, sin que tuvieran conocimiento ni la OTAN ni el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos.
El caso es que Chacón ha limitado sus encuentros con la prensa a puntuales canutazos en los pasillos del Congreso; ha evitado sistemáticamente las comparencias ante los periodistas que habitualmente siguen la actualidad informativa en materia de Defensa, es decir, los auténticos especialistas y, por lo tanto, elementos de riesgo a ojos de la ministra.
La estrategia de la preservación de sí misma ya fue inaugurada por Carmen Chacón con motivo de su desembarco en el Ministerio de la Vivienda.
Como se recordará, la puesta en escena de su aterrizaje en el cargo -junto a Zapatero, de pie, tras sendos atriles situados ante las puertas de La Moncloa e impecablemente vestida ella con un impoluto traje de chaqueta blanco- ya hizo presagiar que, con la llegada de Chacón al Ejecutivo, llegaba también un nuevo estilo de comunicación gubernamental: un estilo de diseño, en el que la imagen prevalece sobre la información, hasta el punto de que ésta brilla por su ausencia.
“Entre la píldora poscoital y la gripe A, estamos buenas”. Fue el comentario que le dedicó el pasado martes en el Senado a Carmen Chacón la recién estrenada ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, auténtica damnificada por la calamitosa gestión de Defensa en el asunto del acuartelamiento de Hoyo.
Más información en la revista Época.

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