miércoles, 3 de septiembre de 2008

Amando de Miguel: "Cada vez que ZP junta las manos suelta una mentira"


PD).- ZP domina la expresión corporal. Con unos cuantos trucos de puesta en escena, el presidente del Gobierno pone una sonrisa constante al mal tiempo, engola la voz con técnicas de cantane -su mujer es una profesional- y, si la cosa es de drama, sabe poner cara de circunstancias. Y hasta está aprendiendo a dominar los manotazos. Aunque hay analistas que le cazan en su puesta en escena. Amando de Miguel: "Cada vez que junta las manos está mintiendo".
María Teresa Campos daba el pistoletazo de salida a la nueva "Mirada Crítica" con una entrevista con el presidente del Gobierno. Le dio la primicia de que había decidido -de una vez por todas- acudir al Congreso para explicar su plan para tratar de frenar la sangría de parados.
En el Gato al Agua, del Intereconomía Televisión, Antonio Jiménez propuso un juego a los analistas: Estudiar los gestos y movimientos "exagerados" de Zapatero, que incluso echó la mano encima del brazo de la presentadora de Telecinco.
Federico Quevedo, Antonio Miguel Carmona e Isabel Durán, junto al invitado, Amando de Miguel, sacaron punta a la actuación gestual de José Luis Rodríguez Zapatero. El comentario más sagaz fue el del sociólogo, que medio de veras medio en chanzas, dijo:
"No sé si se han fijado como mueve las manos. Cada vez que las junta, dice una mentira."
Dicen los expertos que es más fácil saber si una persona miente o no estudiando los gestos de su cuerpo que atendiendo a las palabras. Y es que el cuerpo habla por sí mismo. El de Zapatero le delata: mirada inquieta, ceño frncido, manos con movimientos fijos....
ZP, que no sabía ni dónde meter las manos cuando empezó, aprendió a darles aire. Característico suyo son los golpes marciales cuando lee un discurso, para aparentar firmeza y seguridad. Además de esto, el presidente del Gobierno quedará para siempre plasmado con su sonrisa constante -para algunos burlona, prepotente- que no la deja descansar más que en momentos muy dramáticos. Una sonrisa que ha sabido rentabilizar.
Ahora tenemos un nuevo gesto al que Amando de Miguel ya ha dado significado: Zapatero muy a menudo junta las manos. Es decir, miente. Y lo hace manteniendo la mirada intensamente fija, sin bajar la vista en ningún momento -o casi-, aunque las preguntas que se le planteen sean de calado. Da la impresión, y quiere que llegue a los expectadores, de que se cree lo que dice.

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