Andalucía tiene su propia red de Paradores, con el nombre de "Villas Turísticas". Su red incluye nueve centros, uno por provincia y dos en Granada, para estimular las visitas al interior en el plácido entorno natural de instalaciones que, teóricamente, ofrecían una alternativa apetitosa a los consabidos sol y playa.
Pero casi la mitad de esos centro, cuatro de los nueve, están cerrados y abandonados a su suerte desde 2006 en alguno de los casos: en esos quince años de desidia y despilfarro, ninguno de los tres presidentes de la Junta del PSOE, Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz; hicieron nada por remediar el problema. Y su sucesor en el partido, Juan Espadas, no parece tener nada que decir hasta el momento al menos.
Al contrario, mantuvieron en ellos un disparatado gasto anual teniendo en cuenta su nula actividad que podría superar varios millones de euros si, teniendo en cuenta los distintos años y costes de cada época, se tiene en cuenta que en el último ejercicio conocido, el de 2019, los paradores andaluces sin visitantes costaron medio millón de euros.
Son las conclusiones de la auditoría a la que ha accedido ESdiario sobre este sector, como parte del exhaustivo análisis que el Gobierno del popular Juanma Moreno viene haciendo, desde su toma de posesión, de la llamada "Administración paralela" montada por el PSOE durante casi 36 años de poder.
Y que arroja, al bajarse al detalle de cómo funcionan cerca de 60 organismos, fundaciones, entidades y empresas públicas montadas en casi cuatro décadas de socialismo andaluz; un saldo demoledor: plantillas desbocadas e inútiles en la FAFFE, el chiringuito extinguido en el que algunos directivos llegaron a tirar de tarjeta "black" para consumir servicios en prostíbulos; una falta de planificación galopante; un dispendio económico duplicado y hasta triplicado y una ausencia de control y eficacia sorprendentes.
Sin comprobar el blanqueo de capitales
El caso de Sopresa adelantado por este periódico es paradigmático: la entidad dedicada a auxiliar a empresas con préstamos, avales o participación temporal en la sociedad ni siquiera comprobaba si sus inyecciones económicas, millonarias durante años, iban soportadas por garantías de devolución de sus beneficiarios.
Y tampoco se constaba si el destino del dinero público era para "blanquear" o actividades como "el tráfico o el terrorismo": era tal la laxitud, que el chorro económico habría podido llegar a organizaciones criminales o empresarios sin escrúpulos y el descontrol interno no lo hubiera detectado ni frenado.
Algunos paradores andaluces llevan cerrados y despilfarrando desde 2006: 15 años sin que el PSOE hiciera nada
Con los paradores andaluces, según el preciso informe de Deloitte por encargo de la Junta, pasa algo similar a efectos de diligencia: las villas de Cazalla de la Sierra (Sevilla) y de Fuenteheridos (Huelva) permanecen clausuradas desde 2006.
Y las de Axarquía, en Málaga, y Pinar de la Vidriera, en Granada, desde 2009 y 2010 respectivamente. Hasta tres lustros de hoteles públicos cerrados a cal y canto, pero con un gasto en personal, mantenimiento y vigilancia que en él último ejercicio cerrado alcanzó los cerca de 90 millones de las viejas pesetas, medio millón de euros al cambio actual.
Una millonada anual para nada
La desidia llegó hasta el punto de que la sociedad pública encargada de la gestión se tiró años, desde 2013, intentando que la Junta hiciera algo y desgajara los cuatro establecimientos ruinosos de la firma, para no lastrar aún más sus cuentas e imagen. Pero no sirvió de nada.
El dictamen de la auditora es demoledor al respecto de todo ello: "Este hecho provoca que no se estén generando ingresos por la explotación de las mismas y además reporten unos elevados costes fijos debido a que la Sociedad corre con los gastos derivados de su custodia y vigilancia, así como del correspondiente canon acordado con Patrimonio Andaluz. Anualmente estos costes se ascienden a 475.137 euros", según reza en el documento de 52 páginas al que ha accedido este periódico.
Pero tampoco en los establecimientos abiertos la situación es para tirar cohetes, con medias de ocupación de hasta el 10% inferiores a lo habitual en el sector andaluz, quizá debido a otra de las conclusiones del estudio:
"También cabe destacar que actualmente la Sociedad no tiene un plan de comercialización formal, no tiene fijados unos objetivos anuales de comercialización que permitan el seguimiento de los logros alcanzados, o identificar área de mejora en las que se asignen recursos y se fijen planes de acción", reza.
O esta otra, igual de sorprendente en un organismo público que dedica cerca de dos millones de euros a personal: "La Sociedad nos comunica que actualmente no se realiza una medición del impacto económico y social que tienen las villas en cada zona, por lo que no se puede analizar si la Sociedad está ejecutando acciones encaminadas al desarrollo socioeconómico de las zonas en las que se sitúa".
Los ERES como emblema
Y una más, entre decenas, que también apunta a los peculiares procedimientos de contratación, con más de 600 contratos menores: " se ha detectado un número elevado de contratos menores que, teniendo en cuenta las mejores prácticas de contratación, podría ser económicamente menos beneficiosa para Red de Villas Turísticas de Andalucía, S.A. que las contrataciones mayores".
Es otra prueba más de cómo se gestionó Andalucía en casi cuatro décadas de PSOE al frente de las instituciones, marcadas por la sospecha del clientelismo, el despilfarro, el enchufismo e incluso la corrupción, simbolizadas en el escándalo de todos los escándalos, el de los ERES, punta de un iceberg que aún tiene ingentes porciones sumergidas que, poco a poco, se van conociendo.
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