En siete meses y medio de mandato, el Gobierno de Pedro Sánchez ha sumado a su currículum el récord objetivo de haber cerrado el año con mayor número de entradas ilegales de inmigrantes a España. Son 65.301, según la Organización Internacional de las Migraciones. Los primeros 10.627 se registraron entre enero y el 31 de mayo -fecha en la que prosperó la moción de censura que echó a Mariano Rajoy de La Moncloa-, y cinco veces más, los 54.674 restantes, entre el junio y diciembre. Es razonable imputar la mayor afluencia en este segundo tramo del año a la estacionalidad, el buen tiempo que estimula el tráfico de pateras por el Mediterráneo, pero si trasladamos la misma ecuación a 2017 se observa que hasta mayo accedieron a España 7.049 personas sin la debida documentación, y de ahí al final del ejercicio tres veces más -21.658-, no cinco como ha sucedido en este 2018.
El anuncio del actual gabinete de hacer «política migratoria decidida y coherente» se ha traducido, en términos netos, en que nuestro país recibe el 50 por ciento de la inmigración irregular que llega por mar a Europa, realidad en la que no cabe despreciar el cierre de Italia al desembarco de africanos dictado por su ministro del Interior, Matteo Salvini, que ayer en twitter se jactaba de que incluso «la izquierda, en España» le está dando la razón al bloquear el Open Arms en Barcelona. Pero en que esta ruta se haya convertido en autopista migratoria a la UE también han pesado hechos y mensajes -la acogida del Aquarius, el anuncio de retirada de las concertinas en Ceuta y Melilla...- captados por los oídos siempre abiertos de las mafias que, como menciona Frontex, «son altamente flexibles y sacan ventaja de aquellas areas donde la presencia de autoridades es menor».
El organismo de fronteras hace este análisis en referencia al Mediterráneo Occidental, que tiene su punto de partida en Marruecos, cuya lealtad se ha puesto en entredicho por oleadas de pateras nunca vistas -el 15 de octubre llegaron 2.071 inmigrantes en 24 horas- mientras Sánchez pelea en Bruselas más fondos para Rabat. El proyecto de presupuestos presentado ayer también va por ahí y prevé «conceder y mejorar ayudas a Marruecos», además de a Senegal y Mauritania.
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