sábado, 30 de marzo de 2019

Los enemigos de España vienen a por nosotros

Félix Sanz Roldán, Pablo Iglesias y Jaume Roures

No es casualidad que una semana después de publicar que el jefe del CNI, Sanz Roldán, empleó fondos reservados para amenazar a Corinna y para limpiar su domicilio de documentos sensibles del Rey Juan Carlos, se haya desatado una campaña siciliana para intentar quitar de en medio a OKDIARIO y para asesinarme civilmente. Campaña en la que participan el diario oficial de Podemos, Público, propiedad de uno de los apóstoles del 1-O, Jaume Roures, y El País, antaño órgano oficial del felipismo, luego del sorayismo y desde hace años entregado a la causa de defender al rey emérito y a linchar a quienes destapamos sus trapacerías. El machaca de todos ellos es ese pobre hombre que no hombre pobre llamado Evaristo Mejide que, en uno de sus destellos intelectuales, se autodefinió como “onanista”. Vamos, que es lo que vulgarmente se conoce como “un pajero”. Lo cual, la autosexualidad, es tan legítimo como la heterosexualidad o la homosexualidad. El rol de prima donna lo juega un Pablo Iglesias que está obsesionado con eliminar del escenario a quien destapó la financiación iraní y venezolana de Podemos y ese casoplón que ha sido su tumba política.
La política y la maldad conforman extraños compañeros de cama. Roures es el nexo de unión entre el golpismo catalán y Podemos. De hecho, fue el anfitrión de la cena de maridaje entre Iglesias y el delincuente Junqueras en agosto de 2017, tal y como demostró El Confidencial. Los unos y los otros se ubican en el mismo frente de batalla y con idéntico fin: la destrucción de España en general y la del 78 en particular. Los unos, los independentistas, para largarse de una nación que cuanto más debil sea más problemas tendrá para salvar los muebles de —ahí es nada— 500 años de existencia. Los segundos porque para imponer su proyecto totalitario, que no es otro que venezolanizar nuestro país, precisan que la España constitucional, la España del Estado de Derecho y las libertades desaparezca. El País se apunta al bombardeo porque comparten enemigo: Eduardo Inda. Un Eduardo Inda cuyo periódico, por cierto, también publicó en primicia el Tesisgate de su baranda, Pedro Sánchez. Y otros temas que han molestado sobremanera al poder: el caso Urdangarin, Pujol, los sobresueldos de Bárcenas, la financiación en B del PP, los sms de Rajoy al tesorero, el caso González, las cuentas en Suiza de Granados y los audios en los que Corinna confiesa que el emérito cobra comisiones ilegales y tiene cuentas en paraísos fiscales y sugiere que se acogió a la amnistía fiscal.
En el caso del nada ejemplar diario de Prisa, que antaño linchaba a quienes descubrieron el terrorismo de Estado del felipismo y ahora fusila a quienes osan tocar al Rey Juan Carlos, hay razones tácticas y estratégico-económicas. Son más conscientes que nadie de que para mantener en La Moncloa a un Sánchez que les está hinchando los bolsillos necesitan dar aire a un Podemos en caída libre. Si los bolivarianos son quintos el 28 de abril, están muertos porque lo que gane el bloque liderado por Sánchez en las provincias chicas por la desunión del centroderecha y la derecha, lo perderá en las grandes por la pérdida de fuelle de los comunistas. Las estratégico-económicas son tanto más obvias: el jefe de ese CNI que no pudo localizar las 10.000 urnas del 1-O y al que se le escapó Puigdemont es pieza esencial de ese entramado liderado por Juan Carlos de Borbón y Borbón que ha gobernado económicamente a su antojo España desde hace 30 años.
El primer hito de esta banda llegó en diciembre de 2016 cuando el rotativo del bello Roures publicó que yo no abonaba la pensión a mi ex mujer. La madre de mis hijos les entregó la información a medias porque al que presentaban como un mal padre era sencillamente una persona que mantenía una disputa económica con la madre de sus hijos. Disputa que la Justicia despachó obligando a ella a abonarme casi 34.000 euros por deudas pendientes y a mí a saldarle algo más de 17.000. En el ínterin, se dedicaron a llamarme “maltratador” cuando a mí nunca, jamás, me han denunciado ni obviamente condenado por este terrible delito (ni por ningún otro). Sobra decir, que les metí la correspondiente querella para limpiar mi honor. Querella que está subjúdice. Y tampoco es menester añadir que iré judicialmente a por todo aquél que ose manchar mi nombre o el de OKDIARIO.
Roures lleva años calumniándome o injuriándome prácticamente a diario. No me perdona que destapase el caso Pujol. “¿Y qué hace éste ahora mezclando churras con merinas?”, se preguntarán todos ustedes. Se lo explico en pocas líneas: el dueño del fútbol televisado en España (manda huevos, un independentista) le debe todo a un Jordi Pujol Soley que le hizo un hombrecito, un hombre muy rico para ser exactos, en TV3 allá por los 80. Tampoco me perdona que hayamos osado publicar sus empresas en paraísos fiscales o que el FBI le acusa de sobornar a directivos de la FIFA para obtener derechos televisivos. Ahora todos se explicarán por qué el machaca (y socio) de Roures, Evaristo Mejide, lleva semanas difamándome en su programucho que nadie que ame la verdad, la ética y la estética debería ver.
Lo de Podemos es más sencillo. Y lo de Pablo Iglesias, lo entendería hasta un niño de teta. Me odia porque soy de los pocos que se atreven con él, con sus mangancias, con sus embustes, con sus tics fascistoides. Porque hemos contado, y probado, que la dictadura venezolana que asesina a sus conciudadanos financió la creación de su partido y a él personalmente metiéndole 272.000 dólares en una cuenta en el paraíso fiscal de Granadinas. Porque hemos recordado sus loas a la banda terrorista ETA, que tiene en su criminal historial la friolera de 850 asesinatos. Porque dimos la primicia de la adquisición de ese chaletazo de 275 metros cuadrados, piscinaco, parcela de 2.000 y casa de invitados. Porque nos ha metido cuatro o cinco querellas y las cuatro o las cinco las ha perdido. Y porque todo el mundo le tiene miedo y yo no.
Ahora, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, dicen él y sus compañeros de viaje —Roures y El País— que yo estaba en el supuesto complot de Villarejo y el Gobierno del PP contra Podemos. Lo basan todo en que publicamos el famoso chat del “azotaría a Mariló Montero hasta que sangrase” que OKDIARIO dio a conocer a sus lectores en 2016. Chat interno de la cúpula del partido morado que fue robado, o no, a la entonces asistente de Pablo Iglesias en el Parlamento Europeo. Una imbecilidad, la de mezclarme en el asunto, como otra cualquiera por dos razones. La primera la entendería hasta Abundio: la mayor parte de los grandes casos de corrupción tienen como fuente periodística a gente que no es precisamente María Goretti, San Francisco de Asís o la Madre Teresa de Calcuta. La cadena Ser reprodujo en 1991 una conversación pinchada ilegalmente a Txiki Benegas en la que ponía a parir a Felipe González. La Sexta y El Confidencial han publicado Los Papeles de Panamá, fruto de un robo informático pero que tenían y tienen evidente interés público ya que sirven para desenmascarar a los golfos fiscales del mundo mundial.
La segunda imbecilidad de nuestros enemigos se desmorona también por su propio peso. Me dicen que he difundido el material “robado” a la asistente de Iglesias. Pero no cuentan que a nosotros, a nuestro periodista Miguel Ángel Ruiz Coll concretamente, le pasaron un pen drive con el chat en cuestión. No el teléfono ni la tarjeta. ¿Saben ustedes quién tenía la tarjeta del móvil sustraído? El presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio, y el entonces director de Interviú, Alberto Pozas, que ahora es el ¡¡¡número 2 de la Dirección de Comunicación de Pedro Sánchez en Moncloa!!! Juajuajua. Claro que esto no lo cuenta Público, ni tampoco El País, menos aún el político de los piños color carbón.
Me vinculan a Villarejo en un intento de desprestigiarme y amedrentarme. Olvidan que OKDIARIO dio en rigurosa primicia la Operación Fondos Reservados, también conocida como Kitchen: el soborno con dinero público por parte del Ministerio del Interior del PP al chófer de Bárcenas para rescatar los papeles y los vídeos comprometedores sobre Mariano Rajoy que tenía en su poder el ex tesorero del PP. Operación que, tal y como explicamos procelosamente, ejecutaron José Manuel Villarejo y su compañero Enrique García Castaño, más conocido como El Gordo. La memoria de esta banda flaquea también al no recordar que fue también un servidor quien reveló el acoso y el apuñalamiento a la doctora Elisa Pinto, caso que le ha costado una imputación al comisario más famoso de España.
Quieren mi cabeza y que caiga OKDIARIO. Y no se pararán en barras hasta conseguirlo. Porque simbolizamos todo lo que ellos detestan: un modelo liberal y económico de sociedad, la Constitución del 78, la unidad de España, la lucha contra toda suerte de totalitarismos, bien sea el comunismo o el fascismo, y la guerra sin cuartel contra la corrupción, sea del color que sea porque para nosotros no hay corrupción buena o mala sino simplemente asquerosa corrupción. Nos tendrán que asesinar físicamente porque con hacerlo civilmente no les bastará. Nuestros ideales son mucho más fuertes que su miseria moral.

EDUARDO INDA

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