Una presidenta (Susana Díaz), un vicepresidente (Diego Valderas), y diez consejerías: cinco para hombres y otras cinco para mujeres. La sucesora de Griñán ha llegado a la Junta aplicando la paridad impuesta en su día por Zapatero. Esa igualdad ha provocado, sin embargo, una revolución interna en las direcciones provinciales, que se sienten traicionadas.
La nueva presidenta de la Junta de Andalucía tomó posesión de su cargo arropada por Griñán, Rubalcaba y Zapatero. La influencia del ex jefe del Ejecutivo en la dirigente autonómica quedó patente el pasado lunes cuando nombró a sus consejeros siguiendo los criterios de ‘paridad’instaurados por ZP. Una forma de reparto de competencias que no conocían las direcciones provinciales del PSOE andaluz.
Según ha sabido El Confidencial Digital, Susana Díaz se puso en contacto, días antes de confeccionar su Gobierno, con todas las ejecutivas provinciales del partido, para trasladarles su interés en que todas estuvieran representadas en la Junta de Andalucía.
Para ello, la ya presidenta de Andalucía pidió a todos los presidentes locales que elaboraran una lista con tres candidatos, entre los que ella seleccionaría al más idóneo para entrar en la Junta de Andalucía.
Promesas incumplidas
Fuentes bien situadas en el PSOE andaluz explican que, antes de que Díaz confirmara la elección de sus consejeros, ya parecía difícil que la presidenta cumpliera con sus promesas: “Tenía que mantener a los dos de IU, más Valderas como vicepresidente, y había asegurado que también seguiría alguno de Griñán, por lo que no había sitio para todos”.
Efectivamente, Susana Díaz mantuvo finalmente a los consejeros Elena Cortés, Rafael Rodríguez (de IU), y Emilio Llera, Luciano Alonso y María Jesús Montero. Con esas designaciones, “había que repartir, en teoría, cinco consejerías entre las cinco provincias sin representación, pero no fue así”.
Desplantes para Huelva, Almería, y Córdoba
Finalmente, ha habido dos provincias que se han quedado sin ningún representante en el Gobierno de Andalucía: Huelva y Almería.
Las direcciones locales de ambas provincias ya se quedaron sin ninguna consejería después de las elecciones autonómicas de marzo de 2012, y algunos de los barones locales ya han trasladado a Sevilla su “malestar” por lo que consideran un “desplante” por parte de Susana Díaz.
La ejecutiva regional de Córdoba tampoco está contenta con la elección de la presidenta andaluza, a pesar de que nombró a una consejera procedente de esta provincia: la alcaldesa de Baena, María Jesús Serrano. Los dirigentes regionales, críticos con la dirección autonómica, dieron tres nombres de posibles candidatos que fueron rechazados por Díaz a favor de la primera edil citada.
La provincia que ha ganado más peso, además de Sevilla, en el nuevo Gobierno de Andalucía esMálaga, con la incorporación de Sánchez Maldonado a la consejería de Economía, que se suma al ascenso de Luciano Alonso que suma Educación a la anterior cartera que ostentaba, de Cultura y Deporte.
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