martes, 6 de marzo de 2012

Chaves y la vergüenza

Chaves y la vergüenza

Hace cuatro años, cuando trabajaba en Córdoba, tomé parte en un encuentro digital conManuel Chaves. El entonces presidente de la Junta de Andalucía y candidato del PSOE a repetir en el cargo pasó por la redacción del diario en el que entonces trabajaba, El Día de Córdoba, para responder a las preguntas de los lectores. Fue la experiencia periodística más tensa que he vivido. Chaves, por algún motivo, actuó con indisimulado recelo y apenas si dirigió la palabra a los allí presentes, excepción hecha de los miembros de su equipo de campaña. La relectura del encuentro, que les enlazo aquí, sigue desprendiendo tensión, aún pasados cuatro años.
En aquel encuentro digital, del que ahora se cumplirán cuatro años –recordarán que ya había síntomas de crisis financiera-, Manuel Chaves dijo: “Cuando yo comencé a gobernar había un 25% de paro en Andalucía. En el año 2004, al comienzo de esta legislatura, había un 18%. Ahora estamos en el 12,7% de paro. Si nosotros seguimos con esta evolución, acompañado lógicamente de un crecimiento económico por encima del 3% lo que es posible, en el plazo de siete años se puede llegar a una tasa de paro entre el 5 y el 6%. Lo que los expertos entienden como situación de pleno empleo”.
Obviamente, Chaves no cumplió con su compromiso electoral. El de ejercer la presidencia de la Junta durante cuatro años, quiero decir. En abril de 2009 dejaba la presidencia de la CCAA, que ostentó durante casi 19 años, para sumarse al Gobierno de Zapatero comoVicepresidente Tercero y Ministro de Política Territorial. Desde luego, no era la primera experiencia de Chaves en un gobierno nacional. Diputado en Cortes de 1977, fue ministro de Trabajo entre 1986 y 1990, cargo que dejó para ser candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía, y que ganó.
Como Ministro de Trabajo, por cierto, Chaves afrontó la que hasta ahora es la mayor huelga general de la historia de España, la del 14 de diciembre de 1988. El paro fue secundado por 8 millones de trabajadores –el 90% de la población activa-, incluidos los de RTVE, que cortó su emisión durante algunas horas. Los motivos por los que CCOO y UGT convocaron el paro general, es obvio, se encuentran en parte en la gestión de Chaves al frente de la cartera de Trabajo. Mientras Carlos Solchaga, Ministro de Economía, diseñaba medidas financieras que no fueron del agrado de los sindicatos –Nicolás Redondo, secretario general de UGT en los 80 y diputado en Cortes por el PSOE, dimitió de su cargo tras negarse a aprobar los PGE de 1988-, Manuel Chaves aprobaba un Plan de Empleo Juvenil (PEJ) que, entre otras cosas, daba luz verde a los aún hoy llamados contratos basura y facilitaba la contratación temporal de menores de 25 años a cambio de facilidades en el despido. El PEJ supuso la ruptura de las negociaciones entre patronal y sindicatos y la convocatoria de la huelga general. Menos de año y medio después del paro masivo, Chaves dejaba la cartera de trabajo.
Todo lo anterior viene a cuenta de una noticia publicada la semana pasada: que Chaves volverá a la docencia en el curso 2012-2013. Reasumirá su cátedra de Derecho del Trabajo en la Universidad de Córdoba sin dejar, eso sí, el acta de diputado que obtuvo el pasado 20 de noviembre, como cabeza de lista del PSOE por Cádiz.
Y me sorprende. Honestamente, me sorprende que un hombre que ha dedicado los últimos 25 años de su vida a la función pública del más alto nivel -Ministro de Trabajo, Presidente de la Junta, Vicepresidente Tercero del Gobierno- fuese además un docente en excedencia. Suponiendo que dejara la docencia al ser nombrado ministro, en 1986, sorprende que durante el cuarto de siglo en el que ostentó tan altos cargos no se planteara que quizá sería buena idea renunciar a esa cátedra universitaria, permitir que la propia UCO avanzase y centrarse él en su carrera política que es, o así debería ser, una carrera de servicio público.
Pero no fue así: en septiembre de 2012, a sus 67 años, Manuel Chaves volverá a la docencia tras décadas sin ejercerla. En Córdoba, la ciudad donde, hace cuatro años, se atrevió a aventurar una situación de pleno empleo para Andalucía. Y sin dejar de ser diputado, y habrá quien piense que quizá sea por la protección jurídica que le otorgaría si el caso de los EREs de Andalucía avanzase judicialmente.
Cada cual tiene su conciencia, y sabe qué ha vivido, y conoce los motivos que le llevan a actuar de tal o cual modo.
Pero a mí, si en mi historial figurase dar luz verde a los contratos basura, si en mi historial apareciera como miembro del Gobierno de España entre 2008 y 2011, si en mi historial aparecieses una huelga general como nota destacada, si en mi historial apareciese la duda –sólo la duda- de casos de corrupción vinculados a Expedientes de Regulación de Empleo, o incluso si sólo me hubiese atrevido a hablar de pleno empleo en campaña electoral, me daría vergüenza plantarme ante jóvenes universitarios e instruirles sobre Derecho Laboral. Me la daría.
Javier Dale Becedóniz

avier Dale Becedóniz

jdale@lavanguardia.es
Javier Dale Becedóniz (Santander, 1975) es periodista. Ha trabajado en diversas agencias de comunicación, Mundo Deportivo, Diario Córdoba y en la edición digital de El Día de Córdoba, y colabora con la página especializada en baloncesto Basketconfidencial.com. Desde septiembre de 2009 forma parte del equipo de LaVanguardia.com. Actualmente, es coordinador de contenidos del fin de semana. En twitter: @Javier_Dale_LV

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